Faltan cinco semanas para las elecciones que renovarán las gubernaturas de los estados de México y Coahuila y, además de las tendencias en intención de voto que van marcando las encuestas, ambas contiendas lucen bastante polarizadas.
Hace un par de semanas comenté en este espacio, un gráfico derivado de la encuesta nacional de El Financiero de marzo que mostraba el espacio de competencia ideológico de las figuras presidenciales rumbo a 2024, el cual indica que quienes apoyan a las aspirantes punteras de los dos bloques políticos principales tienen posturas promedio más extremas que el resto.
La pregunta ahora es si las elecciones de este año también lucen así de polarizadas o no. Para revisarlo reproduje el mismo mapa de competencia para las contiendas estatales de junio. El resultado indica que la polarización se ve todavía más marcada.
El mapa tiene dos ejes: la identidad ideológica de izquierda-derecha de las personas entrevistadas, y la postura a favor o en contra de la cuarta transformación. La ubicación de quienes apoyan a cada una de las o los candidatos a los gobiernos estatales se basa en el promedio en cada eje.
Los resultados muestran que los electores promedio de los morenistas Delfina Gómez en Edomex y de Armando Guadiana en Coahuila, se ubican en una posición muy similar, en el espacio de centro-izquierda y de un alto apoyo a la 4T.
En el otro extremo del mapa, los electores promedio de Alejandra del Moral y Manolo Jiménez, candidatos de las alianzas encabazadas por PAN y PRI, muestran posiciones de centro-derecha y de mayor rechazo a la 4T, pero se diferencian un poco más entre sí. En el eje ideológico son muy similares, pero los seguidores de Jiménez en Coahuila expresan un mayor rechazo a la 4T.
El mapa evidencia que los electores promedio de las principales candidaturas se ubican en puntos lejanos entre sí, hacia los polos de los ejes, mientras que los electorados apartidistas en cada entidad tienen una postura centrista.
En Coahuila, los electores apartidistas daban en marzo una ligera ventaja al aliancista Jiménez; pero en Edomex, Delfina Gómez llevaba una ventaja más amplia entre ese segmento en ese mismo mes.
La inclinación del electorado apartidista es una buena señal para saber quién tiene más probabilidades de triunfo, aunque también hay que tomar en cuenta que las personas apartidistas son más volátiles en sus preferencias y suelen votar en menor proporción que las partidistas.
Estos datos muestran que, efectivamente, veremos elecciones polarizadas, sobre todo en el eje pro y anti 4T, pero el llamado votante mediano, en este caso el segmento apartidista, sigue siendo de suma importancia para definir al ganador.