Porque las condiciones de las prisiones en México no son las mejores.
Fugas, balaceras y riñas entre los internos son algunas de las razones por las cuales el centro de readaptación de Ciudad Victoria, Tamaulipas, está en el ojo del huracán... y las autoridades.
Apenas este lunes se suscitó una riña entre internos y policías que dejó un saldo de siete muertos: tres policías y cuatro internos, así como 13 heridos. Para controlar el motin, las autoridades estatal y federal demoraron cerca de 24 horas. Sin embargo, no es la primera vez que algo así ocurre en dicha prisión, pues apenas en marzo pasado del lugar se fugaron 29 reos y días después se suscitó una riña al interior del lugar. Pero, ¿cómo es que en una cárcel pueden pasar cosas como estas?
De acuerdo al Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016, la CNDH advirtió que dicho penal carecía y padecía de varias cosas, por lo que su calificación fue de 4.50 puntos de 10, la más baja en la entidad.
El texto señala que el penal no cumple con ninguno de los cinco rubros que los verificadores de Derechos Humanos toma a consideración que son: seguridad de los internos, una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social del interno ni grupos de internos con requerimientos mínimos.
Entre algunos puntos, la CNDH detalló que el penal tenía falta de supervisión del funcionamiento de la cárcel por parte de su titular, sobrepoblación, incidentes violentos e indacueados servicios de protección de salud.
Otros puntos que la CNDH levantó en su verificación se encuentran la inadecuada separación entre hombres y mujeres al interior del penal, la insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos, el ejercicio de funciones de autoridad por parte de internos del Centro penitenciario, así como la separación entre los reos que son procesados y sentenciados.
Todo esto además de las deficiencias en la clasificación de las personas privadas de la libertad, la insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria y de actividades laborales y educativas.
Esta semana, Derechos Humanos anunció que enviará a unos visitadores al centro penitencario para recoger el testimonio de los reos y verificar el estado de salud de las personas heridas que se suscitaron en el enfrentamiento.