La agresión que sufrieron el domingo en la Ciudad de México ciudadanos venezolanos que protestaban contra la farsa electoral de Nicolás Maduro, fue obra de agrupaciones afines a Morena.
Se trata del Frente Popular Francisco Villa, Movimiento Social por la Tierra, y Vivienda Popular.
Cercaron a unos cuarenta venezolanos que protestaban frente a la embajada de ese país, en Polanco, y fueron empujados e insultados con gritos de “¡Perros de Trump!”, “¡Váyanse a Miami!” y “¡Maduro, a los yanquis dales duro!” (El Financiero, nota de Anabel Clemente).
Ciudadanos venezolanos residentes en #México protestan contra la #AsambleaNacionalConstituyente, frente a la embajada de #Venezuela en #CDMX pic.twitter.com/45WNaa9Q5r
— David de la Paz (@daviddelapaz) 30 de julio de 2017">
Tengámoslo claro: Morena está con Maduro, que el domingo hizo una faramalla de elección bajos sus reglas, a fin de elegir una Asamblea Constituyente que suplantará al Congreso de ese país.
Morena apoya un golpe de estado en Venezuela para entronizar un proyecto político y económico que responde a las características que desea para México.
Con toda claridad el gobierno mexicano denunció la mascarada de Maduro, y a cambio recibió la andanada del presidente venezolano y de la prensa chavista-morenista en nuestro país.
El diario La Jornada publicó en su editorial del viernes que “este nuevo posicionamiento oficial de las autoridades nacionales lleva demasiado lejos dos actitudes indeseables en el manejo de la política exterior: la sumisión al gobierno de Estados Unidos y la injerencia en los conflictos internos de Venezuela”.
Califica la postura de México como una “alineación con los dictados de la Casa Blanca sobre Venezuela”.
La secretaria General de Morena, Yeidkol Polevnski, el secretario de Honor y Justicia del partido, Héctor Díaz-Polanco, John Ackerman –asesor de López Obrador– y otros personajes ligados a Morena son fervientes promotores del gobierno criminal de Nicolás Maduro.
Y muy quitado de la pena sale López Obrador, el domingo, a decir en redes sociales que le prueben que tiene ligas con el gobierno venezolano.
Ahí están sus grupos de seguidores, su periódico, sus segundos en el partido Morena, la CNTE, sus asesores que echan confeti sobre el dictador y su narcogobierno… y pide pruebas.
La mejor prueba de su rechazo hubiera sido condenar al régimen venezolano y a su dictador.
Van más de 100 opositores asesinados y López Obrador no ha tenido una frase de condena a la masacre y al golpismo. Al contrario, sus seguidores y la estructura de su partido respaldan al asesino.
No se ha pronunciado porque tiene para México el mismo proyecto político y económico que el chavismo para Venezuela.
Lo que sucede en Venezuela es producto del fracaso económico del populismo, que regala dinero (mientras haya) y permite que sus seguidores se sirvan con la cuchara grande contra la libre empresa y se expropian fábricas, ranchos, medios de comunicación, transportes y unidades productivas.
El resultado ha sido la dictadura política y la ruina económica.
De acuerdo con un estudio de las universidades Andrés Bello y Simón Bolívar, de Venezuela, con datos de 2016, uno de cada dos hogares vive en la pobreza extrema. Y 82% de la población está por debajo de la línea de pobreza… en el país más rico de América Latina.
Así destruyó a Venezuela el populismo. Así van a destruir a México si es que ganan Morena y sus aliados.