El sábado se llevó a cabo en el Zócalo uno más de los eventos que tanto le gustan al Presidente: ver a las Fuerzas Armadas desfilar disfrazadas de personajes históricos. Estos eventos realmente le hacen la vida al señor Presidente. Nunca está más feliz: aplaude, se para, señala, se ríe y en su fuero interno ha de sentir que está participando en una especie de taller de historia viva si no es que participando activamente en los episodios históricos que lo llenan de emoción. Cada vez sus lugares de honor están más cerca del desfile. En cualquier momento se disfraza de Huitzilopochtli, de Pino Suárez o de Madero y se pone a desfilar por Reforma saludando al noble y leal pueblo mexicano.
Uno podía ver en la televisión al Presidente invadido por la alegría, mientras los y las cadetes pasaban frente a él con disfraces de villistas, adelitas, zapatistas y demás grupos revolucionarios. También desfiló un grupo de otomíes de Querétaro que, como todos sabemos, jugaron un papel fundamental en la lucha revolucionaria. Así que podemos imaginar al Presidente y a su señora esposa comentando el desfile.
-Mira, Beatriz, ¡ahí viene Emiliano Zapata!! ¡Qué emoción!, ¡viva Zapata!
-Jaja, mi amor, pero no es el de a deveras. Contrólate que estamos saliendo en la tele. ¡Viva Zapata!
-Es de que estas cosas me encantan muchísimo. Es como en la primaria, que todos nos disfrazábamos. Yo siempre salía de Madero o de Obregón aventando cañonazos jajaja¡¡ Oigan, ¡¡¿qué hace ahí el pinchi Diego Fernández de Cevallos?!!
-Es Venustiano Carranza, Andrés. Ya compórtate, no estás en el beis o algo así.
-Es de que me gana la emoción. Debería haber invitado al Biden y al Trudó a que vinieran a ver esto. Está padrísimo y hubieran conocido nuestra historia, que es increíble, aunque, claro, yo les conté algo, pero de manera muy apretada por el tiempo. La verdad es de que me cayó bien el Biden, aunque ya lo vi bien ruco, como que madreadón…
-Andrés, ya. Ahí vienen las adelitas. ¡Qué bien vestidas y qué bien cantan!
-Me encantan muchísimo las adelitas, grandes personajes. Sólo se comparan con las amazonas griegas. Nuestra historia es única. Te conté que a Mussolini le pusieron Benito por…
-Ya, ya nos lo dijiste a todos. Disfrutemos el desfile, ¿quieres?
-Claro de que sí. ¡Mira, ahí viene Pancho Villa! ¡Viva Villa! ¡Pancho, acá, saluda!!
-Ese no es Villa.
-¿Quién es?
-Es el papá del Checo Pérez que se puso bigote para desfilar.
-Pues por la panza yo pensé que sí era. Aunque, claro, don Doroteo sí que tenía grandísima personalidad, los gringos sí que lo odiaban, así como yo a los fifís jajaja.
Y así por el estilo se la han de haber pasado en el desfile. Es probable que ya para diciembre vayan a hacer una gigantesca pastorela en la que el general Sandoval la haga de San José, ¿y adivinen quién va a ser el Niño Jesús?