Lo que el primer mes de campaña nos dice es que si la candidata del frente opositor sigue como va, perderá por una diferencia de dos dígitos.
Pero, como AMLO, la campaña de Xóchitl también tiene otros datos.
De acuerdo con los encuestadores cercanos a Xóchitl, la diferencia es de poco más de 5 puntos. No importa si su tasa de rechazo en las llamadas telefónicas en la que basan la encuesta sea de 95 por ciento.
Creo que si el equipo de la senadora Gálvez no asume que este mes de campaña no recortó nada de la enorme desventaja que tenía y sigue con su misma estrategia, terminaremos el mes de abril con una diferencia semejante y estaremos a un mes de que las campañas concluyan.
Tal vez algunos piensen: en abril tendremos dos de los tres debates entre las candidatas presidenciales y eso puede cambiar todo el panorama.
En efecto, este domingo 7 de abril será el primero y el próximo domingo 28 de abril, el segundo.
Claro que todo puede suceder, pero lo que la historia nos dice es que los debates casi nunca cambian las intenciones de voto.
Por un lado, está la limitada audiencia. De acuerdo con la encuesta de El Financiero, solo el 9 por ciento de los entrevistados está “muy interesado” en las campañas electorales; 31 por ciento están “algo interesados”, y 59 por ciento están “poco o nada interesados”.
Puedo equivocarme, pero me parece que el debate del próximo domingo será seguido solo por un grupo relativamente pequeño de electores.
El escenario es que, al margen de lo que ocurra en ese primer encuentro entre las dos candidatas y el candidato, poco cambiará en las intenciones de voto.
Le quedarán a Xóchitl algo así como siete semanas de campaña. Son muchas o son nada, según las aproveche.
Si la estrategia es seguir como hasta ahora e ir fundamentalmente a donde le aplaudan, creo que eso hará que el resultado esté definido.
La única duda que quedaría es con cuánto margen ganarían Morena y su candidata.
He testimoniado todas las campañas electorales desde el año 1988. Ningún candidato, pese a tener montañas de evidencias en contra, admite que viene la derrota.
Ninguno.
No van a cambiar las cosas esta ocasión.