Hay versiones de diversas autoridades que señalan que en México ya está controlada la tercera ola de la pandemia.
Me temo que, por lo pronto, se trata solo de un buen deseo.
Señalan que el récord de nuevos casos diarios en este periodo se presentó el pasado 18 de agosto, al reportarse 28 mil 953.
En los días subsiguientes no se ha incrementado ese número, sino que incluso ha bajado un poco.
En algunas zonas del país, como la Ciudad de México, también ha sido visible la reducción del porcentaje de positividad en las pruebas que se están realizando en los últimos días.
Sin embargo, la realidad es que las cifras son aún insuficientes para concluir que ya vamos de salida.
Y, si como todo indica, en una semana comienzan de manera generalizada las clases presenciales, no descarte que aún si efectivamente hubiera una remisión de la tercera ola de contagios, podríamos ver en septiembre un repunte a partir del aumento de la movilidad que traerá consigo el retorno a clases.
En el mundo, la tendencia de los contagios continúa hacia arriba.
El número de nuevos contagios diarios (expresado en promedios de siete días) está en 654 mil 761, un crecimiento de 82 por ciento desde el punto mínimo de esta ola, que se presentó el pasado 22 de junio.
En el caso de Estados Unidos, los datos más recientes indican 145 mil 147 nuevos contagios por día, casi 13 veces más que el mínimo que se había alcanzado el 23 de junio.
Sin embargo, también hay casos de caídas evidentes de contagios. En India, fueron 33 mil 827, cuando el 8 de mayo habían llegado a 391 mil nuevos casos por día. En Brasil, hubo 29 mil 871 casos frente a los 77 mil 264 del 24 de junio.
Aunque la tendencia dominante es alcista, cada vez más hay comportamientos diferenciados por país.
En el caso de México, la situación es análoga. Hay diversas entidades en las que la tendencia es claramente a la baja después de haber alcanzado máximos, como Baja California Sur y Sinaloa, por citar dos casos muy claros.
Hay otros como Jalisco y Nuevo León, que aún siguen con tendencia alcista. Y unos más como la Ciudad de México y el Estado de México, que parecen ir a la baja, pero aún falta más tiempo para confirmarlo.
El gran reto para México es lo que va a pasar a partir del 30 de agosto.
A nivel país, la movilidad de la gente a través del transporte público alcanzó un máximo en su recuperación en las primeras semanas de julio, llegando a un nivel equiparable al 85 por ciento del nivel previo a la pandemia. Para los días recientes, estamos en el 76 por ciento, es decir, retrocedió ligeramente en el verano.
Es de esperarse que, con el regreso a clases, las cifras se disparen y probablemente nos acerquemos o incluso rebasemos el 100 por ciento de la movilidad respecto a enero de 2020.
Si tuviéramos una población vacunada de modo generalizado, no habría mayor problema. Pero, no es así.
Las cifras recientes nos indican que solo el 24.2 por ciento de la población ya está vacunada con el esquema completo y el 44.4 por ciento con una dosis al menos.
Faltan demasiados para considerar que no habrá riesgos serios por el incremento de la movilidad que traerá el regreso a clases presenciales.
Ya hemos comentado que esta decisión parte de un diagnóstico correcto, es decir, de los múltiples problemas que derivan de la educación a distancia para los niños y jóvenes, pero que reflejan un conjunto de acciones dramáticamente deficientes para preparar el regreso a las escuelas, que puede ser el detonador de un nuevo disparo de los contagios.
Y, por cierto, para quienes opinan que ahora los contagios ya no significan fallecimientos, resulta que el promedio de fallecidos diarios en lo que llevamos de agosto, que es de 588 personas, es el más elevado desde el mes de marzo.
Ojalá fuera cierto, pero no lo es: los contagios siguen conduciendo a muchas muertes.