Durante los últimos días, el tipo de cambio del peso frente al dólar ha estado presionado.
Ayer por la tarde, la cotización en el mercado mayorista era de 20.70 por dólar lo cual implica un alza de 3.9 por ciento respecto al nivel mínimo al que se llegó el pasado 12 de febrero.
Se trata del nivel más elevado desde los primeros días del mes de noviembre.
Van cuatro preguntas para entender esta depreciación de nuestra moneda y sus perspectivas.
1- ¿Qué factores determinaron al alza del dólar?
El más importante de todos ellos tiene que ver con el incremento de las tasas de los bonos en Estados Unidos. Los bonos del Tesoro a plazo de 30 años en Estados Unidos alcanzaron el viernes pasado el nivel más elevado en un año, al cotizar a 2.14 por ciento.
El motor del incremento de las tasas fue el temor de los inversionistas a que tengamos una inflación más elevada, como producto de la recuperación de la economía norteamericana en lo particular y de la economía mundial en lo general.
Uno de los indicadores que han generado más temor respecto a futuras presiones inflacionarias es el comportamiento de los precios de las materias primas.
El índice Bloomberg Commodity Spot Index ha ganado 67 por ciento desde el nivel más bajo al que llegó en marzo con incrementos en la energía, en el cobre y el granos.
El precio del crudo WTI cerró ayer con una ganancia de 65 por ciento respecto al nivel más bajo al que llegó en octubre.
Y, en ese lapso la gasolina tiene un incremento de 75 por ciento en dólares.
Ante este cuadro es que hay el temor de próximas alzas en tasas y por lo tanto hay cierto movimiento de portafolios hacia activos en dólares, abandonando los de monedas emergentes.
2-¿Se trata de un fenómeno de todas las monedas emergentes o es peculiar del peso?
En lo que va del año, el dólar frente al peso se ha encarecido en 4.1 por ciento. Respecto al real brasileño, el dólar aumentó en 5.2 por ciento; de 6.3 por ciento respecto al peso argentino y de 4.9 por ciento repecto al peso colombiano.
Aunque hay algunas excepciones, como Chile, en términos generales se ha tratado de una presión generalizada y no es peculiar del peso mexicano.
3-¿Existen factores domésticos que contribuyan a la depreciación de nuestra moneda?
Sí, también los hay. Se trata de las señales que eventualmente anticipen una debilidad a mediano plazo de la economía mexicana. El día de ayer, en lo particular, entre lo operadores del mercado fue citada recurrentemente el caso de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, que se percibe como inhibitoria de inversiones y generadora de litigios.
Se considera que ese cambio legal puede contribuir a un menor crecimiento económico en el mediano plazo y a la creación de mayores presiones sobre las finanzas públicas.
4-¿Cuál es la perspectiva para las siguientes semanas?
En los mercados son usuales los cambios de sentimientos de los inversionistas. Esta misma semana, con la votación del Paquete Económico en la Cámara de Representantes de EU, podría haber nuevas señales que consolidaran esta tendencia o que regresaran las aguas a su nivel.
Estamos aún en un momento en el que no sabemos si el crecimiento en EU va atraer consigo inflación o si los niveles de demanda aún están tan deprimidos que seguiremos con estabilidad en medio de altibajos de la paridad y de otras variables financieras.
En mi opinión, es muy temprano para que las presiones inflacionarias se generalicen, por lo que luego de algunos días de inquietud, creo que regresaremos, por lo menos por algunos meses aún, a una condición de relativa estabilidad que evitará que el precio del dólar se vaya para arriba permanentemente.