El gobierno de López Obrador probablemente no haya calibrado todavía la importancia del proceso de vacunación en la definición de su futuro.
No exagero si afirmo que en buena medida, en él se juega el destino de la 4T.
El día de ayer fue el primero en el que hubo un proceso más abierto de aplicación de las vacunas, a pesar de haberse restringido por edad, como en casi todo el mundo.
Hasta el fin de semana pasado, todas las vacunas se habían destinado a grupos específicos, como el personal de salud, o de manera totalmente desencaminada, al magisterio del estado de Campeche.
Lo que se percibió ayer en las filas que se formaron y en el ambiente que se vivió en ellas es un deseo intenso de una parte importante de la población de recibir la vacuna.
Su aplicación tiene un efecto liberador. Lo que se percibió entre quienes la recibieron y manifestaron su estado de ánimo en redes sociales es la sensación de haberse quitado una amenaza.
Hay una alta expectativa entre amplios grupos de la población de recibir la vacuna en el curso de los próximos meses. Si la expectativa se cumple, es probable que el gobierno de López Obrador se apunte un logro, con independencia de la gestión previa de la pandemia.
No se requiere el uso de operadores electorales para que la gente así lo reconozca. La presencia de los siervos de la nación o de militantes de Morena, revoloteando alrededor de las filas de los formados para ser vacunados, es más bien una reminiscencia de la política priista del pasado más que un factor que vaya a ser determinante en la intención de voto.
Pero, si por cualquier razón, dicha expectativa se frustra y en los próximos meses el proceso de vacunación naufraga, es probable que muchos ciudadanos le cobren factura a la 4T en las elecciones de junio.
¿Que factores pueden ser determinantes en el curso de este proceso?
1-La disponibilidad de las vacunas.
Ya vimos en los últimos meses que uno es el deseo del gobierno federal y otra la realidad en cuanto a la disponibilidad del medicamento. No importa que haya contratos firmados.
Es tal la demanda internacional que en estos meses, lo que vivimos en México se repitió en diversos lugares del mundo pues las vacunas son notoriamente insuficientes.
El que hayan empezado a llegar desde ayer dosis adicionales de vacunas no garantiza que este proceso sea fluido en el curso de los siguientes meses.
Ojalá lo sea, pero no sería sorpresa que hubiera más problemas.
2-La capacidad logística.
Una cosa es contar con las vacunas y otra con la capacidad para aplicarlas a toda la población.
Se ha dicho muchas veces que se requiere un sistema de distribución, red de frío, almacenamiento y organización, que probablemente no tengamos, para poder aplicar millones de dosis en un tiempo relativamente corto y cumplir con los objetivos del plan de vacunación.
Veremos en los siguientes días si se corrigen los problemas que se hicieron manifiestos el día de ayer y que reflejan el tipo de obstáculos que quizás se vean en los siguientes meses, aun en una escala mayor.
Finalmente, este proceso, aquí en México y en otros lugares del mundo, puede traer consigo un problema adicional.
Al avanzar la vacunación se puede generar la impresión de que la pandemia está controlada y por esa razón conducir a la gente a adoptar un comportamiento laxo respecto a las medidas sanitarias básicas, generando rebrotes debido a la mayor circulación del virus entre la población no vacunada.
Pero, además seguimos con la incógnita del comportamiento que tendrán las variantes que ya existen y las que podrían aparecer, conduciendo a que fueran menos eficaces las vacunas aplicadas. Tal vez no sea el caso, pero sin duda es una posibilidad.
La vacunación probablemente será el gran tema del 2021 y de su desarrollo dependerá la suerte de las economías y de muchos gobiernos… incluyendo el de México.