Desde la consulta de revocación de mandato, el 10 de abril, han ocurrido varios sucesos de gran relevancia política, pero no quería dejar pasar la oportunidad para hacer un análisis un poco más detallado de la encuesta de salida de El Financiero, realizada a votantes de la consulta.
La publicación del exit poll en las páginas de este diario el 11 de abril mostró el perfil de votantes en la consulta de revocación y se les comparó con quienes salieron a votar en las elecciones federales de junio de 2021. De alguna manera, el exit poll de la consulta nos sirve como una radiografía de los votantes, ese casi 18 por ciento del electorado total que se manifestó en las urnas.
Entre ellos, el peso de los morenistas fue proporcionalmente el doble de lo que significó en la elección federal, mientras que los beneficiarios de programas sociales pesaron casi dos tercios del voto total, mientras que en las elecciones de 2021 significaron un tercio. Ser morenista y ser beneficiario de programas no es necesariamente lo mismo, aunque ambos se manifiesten a favor del Presidente. Uno es un sector ideológico, identitario; el otro parece más bien un sector pragmático, clientelar.
Los votantes del 10 de abril también fueron, en promedio, de mayor edad: el grupo de 50 años o más representó casi la mitad del voto: 47 por ciento.
Tanto estos datos, como diversas interpretaciones y comentarios han abonado a construir una imagen de la participación en la consulta como el voto duro de la 4T, equivalente a unos 15 millones de votos.
Pero, ¿qué más podemos ilustrar con el exit poll que abone al análisis del voto en la consulta en particular, y de las elecciones más generalmente hablando?
Según la hora registrada de la entrevista, el voto morenista fuerte se dio en la primera mitad del día; ya por la tarde fluyó un poco más el voto revocatorio que, no obstante, no alcanzó el 10 por ciento.
El voto más comprometido con el Presidente, el que está a favor de la 4T, se movilizó temprano, en la primera mitad de la jornada. Sin embargo, el flujo de votantes beneficiarios de programas sociales sí fue parejo a lo largo del día. De nuevo, morenistas y beneficiarios pueden llegar a traslaparse, pero son dos segmentos en sí mismos.
De acuerdo con la encuesta, los hombres votaron más temprano y las mujeres más tarde. Asimismo, en el voto mañanero predominaron los mayores de 50 años de edad.
El estudio también dejó constancia de que entre ese voto duro –morenistas– favorable a la 4T, que salió a emitir su apoyo al Presidente el 10 de abril, las preferencias para la candidatura presidencial de Morena en 2024 están divididas: entre 25 y 27 por ciento de votantes dijo preferir a Claudia Sheinbaum, mientras que entre 23 y 25 por ciento manifestó su apoyo a Marcelo Ebrard.
A pesar de las señales que ha enviado el Presidente en dirección a la jefa de Gobierno de CDMX, no hubo entre los votantes una expresión unánime de apoyo. Lo que sí deja ver el exit poll es que Sheinbaum atrae más apoyo de mujeres y Ebrard de hombres. También que el apoyo a Sheinbaum es de menor edad y el de Ebrard de más edad.
A pesar de esas diferencias, entre los simpatizantes de Sheinbaum y de Ebrard el apoyo a que siga el Presidente fue el mismo, y la aprobación al mandatario también. Y los morenistas se dividen en partes iguales por uno u otra.
Para quienes gustan del riesgo político, la división de preferencias entre el voto duro pareciera una alerta roja. Pero...
Al no haber diferencias de apoyo a AMLO y a la 4T entre los simpatizantes de Sheinbaum y de Ebrard, una fractura en el voto duro luce poco probable, aun si hubiese desacuerdos entre los principales aspirantes a la Presidencia. Pero eso es algo a lo que habrá que estar al pendiente más adelante. Si la candidatura presidencial se define por encuestas, éstas han contemplado a la población general y no sólo al votante duro de la 4T.
El aspecto donde sí se observa una muy ligera discrepancia es la identificación ideológica: Ebrard tiene un poco más apoyo que Sheinbaum entre los votantes de izquierda. Una diferencia leve, no tan acentuada.
Contar con datos de un exit poll es para los interesados en elecciones como contar con observaciones de un cometa para los astrónomos. Así lo que quedó registrado en esta ocasión a través de nuestro “telescopio social-electoral.”