Porque el rechazo a Trump sigue en muchos círculos
El presidente Donald Trump le llamó la atención este martes a los congresistas por no aprobar la ley para reemplazaría a la reforma de salud de Barack Obama.
En sus tuits, el mandatario desató una lluvia de críticas contra los demócratas “y unos cuantos republicanos” que se negaron a apoyar la medida, la cual ha sido prioridad legislativa para los republicanos desde hace años.
"La mayoría de los republicanos fueron leales, estupendos y trabajaron muy duro", tuiteó Trump este martes, pero añadió, “quedamos decepcionados por todos los demócratas y unos cuantos republicanos”.
Agregó: “Como siempre he dicho, dejemos que Obamacare fracase y entonces nos reuniremos y crearemos un magnífico plan de salud. ¡Manténganse atentos!”.
La reforma de salud aprobada bajo la presidencia de Barack Obama buscaba darle cobertura médica a millones de personas que carecían de ese beneficio, y a eliminar prácticas como la que permitía a las aseguradoras negarle cobertura a la gente que tenía una condición previa. Los críticos dicen que la reforma republicana le quita cobertura médica a gente de menos recursos a fin de otorgar exenciones de impuestos a las personas más acaudaladas.
La iniciativa republicana quedó en el fracaso luego que dos senadores de ese partido, Mike Lee (Utah) y Jerry Moran (Kansas), indicaron que no la apoyarían en la votación inicial, que tendría lugar la semana entrante. Ello significó que por lo menos cuatro de los 52 senadores republicanos estaban en contra, dos más de los que contaba el líder de la mayoría de la cámara alta Mitch McConnell, para superar la oposición unánime de los demócratas.
"Lamentablemente, es ahora evidente que el esfuerzo para revocar y reemplazar inmediatamente el fracasado Obamacare no tendrá éxito", dijo McConnell en un comunicado, que en efecto equivalía a una admisión de derrota.
Fue el segundo revés sufrido por McConnell en ese tema en semanas recientes, y con ello queda maltrecha su reputación de astuto negociador legislativo pues no ha podido acorralar a su propia bancada donde ha quedado atrapado entre las corrientes encontradas de moderados y derechistas. A fines de junio, tuvo que abandonar una iniciativa inicial cuando se dio cuenta de que no contaba con los votos de sus propios partidistas.
El episodio marca también una derrota para Trump, que ha tratado de presionar a los legisladores pero ha emitido opiniones contradictorias sobre el tema, lo que demuestra que tiene limitada influencia sobre los senadores. Ello ocurre a pesar de frenéticos intentos de Trump, McConnell y el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, de demostrar que los republicanos, controlando la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso, pueden hacer las cosas de manera más eficiente.