Luego de un tiroteo en el que fallecieron 22 personas y otras más resultaron heridas en Lewiston, Maine, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que, una vez más, ese país se encuentra de luto por un tiroteo masivo "sin sentido y trágico", por lo que ya no se debe seguir permitiendo que este tipo de actos pasen.
"Para innumerables estadounidenses que han sobrevivido a la violencia armada y han sido traumatizados por ella, un tiroteo como este reabre heridas profundas y dolorosas. Demasiados estadounidenses han matado o herido a un miembro de su familia como resultado de la violencia armada. Eso no es normal, y no podemos aceptarlo", indicó en un comunicado de prensa.
Admitió que "si bien hemos progresado en la seguridad de las armas a través de la Ley de Comunidades Más Seguras Bipartidistas, las dos docenas de acciones ejecutivas que he tomado y el establecimiento de la primera Oficina de Prevención de la Violencia armada de la Casa Blanca, simplemente no es suficiente".
Por todo esto, "insto a los legisladores republicanos en el Congreso a cumplir con su deber de proteger al pueblo estadounidense. Trabajen con nosotros para aprobar un proyecto de ley que prohíba las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, para promulgar verificaciones de antecedentes universales, para exigir el almacenamiento seguro de las armas y poner fin a la inmunidad de responsabilidad de los fabricantes de armas".
Señaló que lo anterior "es lo menos que le debemos a todos los estadounidenses que ahora soportarán las cicatrices, físicas y mentales, de este último ataque. Hoy, Jill (Biden, su esposa) y yo estamos rezando por los estadounidenses que han perdido la vida, por los que todavía están en cuidados críticos, y por las familias, los sobrevivientes y los miembros de la comunidad que soportan el shock y el dolor".