Desde la presentación del proyecto, el Tren Maya ha sido motivo de críticas y descalificaciones por parte de la oposición. Entre las principales polémicas que ha enfrentado es la tala de árboles en el sureste del país, los cambios de ruta y el costo de la obra.
Partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, grupos ambientalistas y algunos famosos se han pronunciado públicamente contra la construcción por considerar que es nociva con el medio ambiente y porque los 120 mil millones de pesos que se invertirán podrían utilizarse en los efectos de la pandemia por COVID-19.
La vía férrea recorrerá 1.500 kilómetros a través de los Estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, pero el proyecto es mucho más que un tren de pasajeros contempla la construcción de polos de desarrollo alrededor de las 19 estaciones del tren en los que se buscará el ordenamiento urbano y servicios e infraestructura.
Al igual que con el Aeropuerto internacional 'Felipe Ángeles', la Secretaría de la Defensa Nacional será la encargada de operar y administrar el Tren Maya "para garantizar" una buena administración, seguridad y autosuficiencia.
Estas son las principales polémicas y obstáculos que ha enfrentado.
CONSULTA POPULAR
Frente al rechazo de la construcción del Tren Maya por considerar que afectaría la selva mexicana, en diciembre de 2019 se realizó una consulta popular para preguntarle a 1,078 comunidades indígenas y la población de los cinco estados por donde pasará el Tren Maya si estaban o no de acuerdo con la obra.
En una conferencia matutina, el presidente presentó los resultados en los que hubo un respaldo mayoritario, pues 92.3% votó por el "Sí" y 7.4% por el “No".
Sin embargo, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) llamó la atención sobre el proceso de consulta acerca del “Proyecto de desarrollo Tren Maya” por no cumplir con todos los estándares internacionales.
La Oficina observó que la convocatoria, el protocolo y la información presentada, sólo hacían referencia a los posibles beneficios del proyecto y no a los impactos negativos que pudiera ocasionar, por lo que hicieron un llamado a que incorporaran a las comunidades involucradas, así como un enfoque de derechos humanos.
FINANCIAMIENTO
En un inicio se dio a conocer que sería financiado mediante un esquema de Asociaciones Público-Privadas (APP), donde el Gobierno Federal aportaría el 10% de su costo total y el otro 90% provendría de capital privado.
Sin embargo, esa situación se modificó y finalmente el 16 de diciembre de 2019 se anunció que el gobierno dispondría de la totalidad de los recursos requeridos para su financiamiento, los cuales provendrían de los recursos para la promoción del turismo y se asignarían anualmente a través del presupuesto de egresos de la federación.
Aunque la inversión se había estimado en 120 mil millones, rápidamente los costos crecieron y en 2020 se estimó que el monto total por los siete tramos sería de 146 mil millones. En 2021, la inversión requerida para el proyecto se incrementó 30%, al integrarse obras como la electrificación de casi la mitad de la ruta y la construcción de 50 kilómetros de trayecto elevado por lo que llegó a los 180 mil millones.
Sin embargo, para enero de 2022, con los cambios de ruta requeridos, su costo se elevó hasta casi 230 mil millones de pesos, según comentarios del exdirector de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons.
LICITACIONES DIRECTAS
Una de las primeras polémicas tuvo que ver con el cambio de razón social de Fonatur, la cual pasó de Fonatur Operadora Portuaria S.A. de C.V. a Fonatur Tren Maya S.A. de C.V. para que esta última tuviera la posibilidad de construir, operar y explotar la vía de comunicación.
De acuerdo con un estudio elaborado por Poder, tomando como universo 82 contrataciones que están directamente relacionados con el proyecto del Tren Maya, y que en su totalidad suman 66 mil millones de pesos, sólo el 9.75% de los contratos fueron otorgados a través de licitaciones públicas.
Mientras que el 90.25% restante de esos contratos fueron otorgados a través de invitación, adjudicación directa o mediante contratos entre entes públicos e incluyen, entre otros, la fase de asesoría, ingeniería básica y licitación de los primeros cuatro tramos.
Adicionalmente, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) adjudicó de manera directa 68 contratos para la difusión del proyecto Tren Maya en televisión, radio, medios impresos, medios digitales y medios complementarios, por un monto de un poco más de 105 millones de pesos.
La licitación del primer tramo, que irá de Palenque, Chiapas, a Escárcega, Campeche, fue asignada a Mota-Engil México, empresa beneficiada en el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, por 15 mil 538 millones de pesos. El segundo, de Escárcega a Calkiní, Campeche, se entregó a Operadora Cicsa y FCC Construcción, por 18 mil 553 millones de pesos. Esta empresa fue señalada en 2019 por dar sobornos a políticos y funcionarios de Panamá a cambio de obras públicas en ese país.
En tanto, el tercer trecho, que va de Calkiní a Izamal, Yucatán, estará a cargo de Construcciones Urales, por 10 mil 192 millones de pesos. Esta empresa construyó el segundo piso del Periférico de la Ciudad de México cuando AMLO fue jefe de Gobierno.
IMPACTO AMBIENTAL
De acuerdo con expertos, el Tren Maya generará un desequilibrio en los ecosistemas de la región e impactarán en la flota y fauna.
La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) en la zona viven al menos 94 especies de animales que actualmente son catalogadas como prioritarias para la conservación por la Ley General de Vida Silvestre, de las cuales 31 están en peligro de extinción bajo la norma mexicana y tres en peligro crítico de extinción bajo los estándares internacionales.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) señala que existe toda una biósfera en peligro y resaltan, como especies vulnerables, al macaco, el tapir, el flamenco, el quetzal el tucán, el puma, el ocelote, tlacuache, cacomixtle, mapache, el mono aullador, mono araña, el jaguar, distintas especies de murciélagos, tortugas, iguanas y serpientes.
Un informe técnico que realizó la Cámara de Diputados en septiembre de 2019 sobre el Tren Maya, no hay información suficiente para establecer un grado del daño medioambiental pero, de acuerdo con Greenpeace, las afectaciones serían pérdida de vegetación por el desmonte y el despalme y la pérdida de productividad del suelo a causa, entre otras cosas, de la compactación que genera el tránsito de maquinaria durante la construcción y de las vibraciones que se producen con el tránsito de trenes.
La hidrología también podría sufrir daños tanto a nivel superficial como subterráneo y cambios en las corrientes naturales de las aguas; y existe riesgo de contaminación de cursos tanto superficiales como subterráneos a causa de sustancias vertidas por accidente o por un mal tratamiento de residuos, y pérdida y/o fragmentación de hábitats, que no siempre se solucionan con corredores biológicos.
A pesar de todo esto, menos del 1% del estimado de 139 mil millones de pesos que costará el desarrollo del Tren Maya estará destinado hacia la mitigación del impacto ambiental que tendrá este proyecto, según el Manifiesto de Impacto Ambiental.
El presidente López Obrador también ha destacado que en la ruta del Tren se están sembrando 200 mil hectáreas de árboles, aunque la brecha que se está abriendo es de apenas 50 kilómetros, equivalente a 100 hectáreas de ceibas que serán taladas. Asimismo, destacó que se están creando tres parques de 18 mil hectáreas, en Tulum el del Jaguar es de mil hectáreas, se va a ampliar Calakmul y Uxmal.
CAMBIOS DE RUTA
Uno de los últimos cambios ocurrió en Playa del Carmen, donde, a pesar de que había iniciado la edificación, se habían invertido 522 millones y la reubicación de árboles, el trazo fue cancelado.
El tramo no será construido para evitar la zona urbanizada y perjudicar el tránsito vehicular, dijeron Javier May, nuevo titular de Fonatur, y Román Meyer Falcón, secretario de Desarrollo Territorial y Urbano.
Pero este no fue el único cambio: en Cancún se planteó que el ferrocarril transitaría la carretera 307 sobre un viaducto elevado y después un recorrido a ras de suelo; sin embargo, en 2022 se dio a conocer que ya no se transitará por la autopista, sino que se recorrerá un tramo detrás de los hoteles, detalló la revista Obras.
En Campeche, luego de que pobladores se ampararan contra el paso del Tren Maya, se decidió otra modificación, lo que implicó un ahorro de 2 mil millones de pesos y se evitó la reubicación de 300 familias.
En el caso de Yucatán, en Mérida se cambió la estación de La Plancha por La Teya para simplificar la obra.