"Ni una más, in una más, ni una asesinada más"...
Enfermeras, maestras, alumnas, bomberas, aspirantes a ocupar un cargo público, abuelas, madres e hijas... todas mujeres, salieron este viernes de sus casas para conmemorar un nuevo Día Internacional de la Mujer.
En grupos o contingentes, miles de mujeres recorrieron las calles desde la mañana de este viernes 8 de marzo con dirección al primer cuadro de la capital, en el que por la tarde se aglutinaron en el Zócalo.
Y es que salieron para exigir a las autoridades el esclarecimiento y justicia para los casos de feminicidio, un cese a la violencia de género y continuar avanzando en los temas pendientes de la agenda feminista.
Tras recorrer las calles de la capital, las mujeres llegaron a la cita en el Zócalo, en donde alzaron la voz por aquellas mujeres desaparecidas o víctimas de feminicidios.
El calor que este día alcanzó los 31 grados centígrados no mermó el entusiasmo de aquellas que demandaron un freno a todos los tipos de violencia de género a los que diariamente se enfrentan.
Con pañuelos morados y verdes, miles de ellas gritaron por las que ya no están y por aquellas que siguen esperando llegar a casa. "No más violencia", "Cárcel a los violadores", "Justicia para las mujeres violentadas" y "Queremos vivir seguras y libres de violencia", fueron algunas de las demandas más escuchadas en el recorrido.
Con los puños alzados, con gritos y con porras, las mujeres marcharon por las 26 mil 871 mexicanas desaparecidas en el país, al corte del 4 de marzo, según datos del Secretariado Ejecutivo Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Desde Paseo de la Reforma, Ciudad Universitaria, del norte y de la zona centro, miles de manifestantes caminaron mientras invitaban a ciudadanos a unirse a un grito que pide no más violencia, más oportunidades laborales, poder decidir sobre sus propios cuerpos, justicia para las víctimas del machismo y la desigualdad y que pugnan por un país y un futuro más seguros.
"Se va a caer, se va a caer, el patriarcado se va a caer", afirmaron entre cantos, gritos, bailes y la promesa de salir a las calles el próximo año, cuando México probablemente tenga su primera presidenta.