La estrategia de militarización de la seguridad pública por parte del actual gobierno y la guerra contra el narcotráfico, iniciada por Felipe Calderón y continuada por Enrique Peña Nieto, han dejado 493 ciudadanos estadounidenses en calidad de personas desaparecidas y no localizadas en territorio mexicano.
De ese número, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), 245 desapariciones de ciudadanos de las Unión Americana se registraron sólo en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que representa 49.7%.
Entre ellos, está la desaparición de tres mujeres estadounidenses de origen hispano, quienes, de acuerdo con el FBI, provenientes de la localidad fronteriza de Peñitas, a las afueras de McAllen, viajaron en vehículo a México el 24 de febrero para vender en un mercado de Montemorelos, en Nuevo León.
Este caso, sin embargo, no ha tenido la misma atención mediática que el del 6 de marzo, cuando el FBI ofreció una recompensa de 50 mil dólares por información sobre el paradero de cuatro ciudadanos estadounidenses que se encontraban desaparecidos luego de que un grupo de hombres armados los secuestró en Matamoros, Tamaulipas.
Al día siguiente, las autoridades mexicanas anunciaron que encontraron a las cuatro personas –desaparecidas desde el viernes 3 de marzo–, dos de ellas muertas, otra herida y una cuarta ilesa.