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De lo religioso a las party's: La evolución de posadas

Seguir la tradición. | Algunas alcaldías y parroquias impulsan la celebración de posadas | Fuente: Cuartoscuro
  • "En el nombre del cielo
    os pido posada,
    pues no puede andar
    mi esposa amada..." 
«Letanía»

Estamos seguros que esta nota informativa la iniciaste cantando.

Dependiendo de tu edad, seguramente has escuchado y cantado esta letanía en alguna de las tradicionales posadas que se celebran en México, previo al 'nacimiento del Niño Dios'. 

Recuerdas esas reuniones con familiares, vecinos e invitados de otras colonias en las que se reparten velitas, luces de bengala, silbatos y dulces. Los vecinos organizan el recorrido con los peregrinos (José y María), mientras algunos asistentes rezan y acompañan con cánticos.

Luego de los cantos, los 'caseros' finalmente acceden a albergar a los presentes; acuestan al niño Jesús en su pesebre rodeado de paja, figurillas de yeso y luces navideñas; se reparten los aguinaldos, se sirve ponche, hay comida y juguetes... y hasta se rompe la piñata.

¡Qué lindos recuerdos!, ¿no?

... Sin embargo, hablamos de una fotografía cada vez menos común: las tradicionales posadas. En Nación321 acudimos con un experto para entender cómo ha sido el proceso de transición para que la convivencia social gane terreno frente al origen religioso de los rituales alrededor del nacimiento de Jesús. 

Ariel Corpus, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconoce que las posadas (como se conocían antaño) cruzan por un proceso de evolución y ahora tienen una tendencia inclinada a la convivencia social, como principal factor de interés, y con elementos religiosos, en un segundo bloque de importancia.  

"Tenemos una población que cada vez es menos católica; hay mayor diversidad de creencias, también hay una un alejamiento de prácticas institucionalizadas por así decirlo. (Además) hay un alejamiento de prácticas que pueden ser entendidas como tradicionales", analiza sobre la modificación de las posadas, las cuales, dice, ahora son más de convivencia entre amigos, con apenas algunos elementos religiosos como un nacimiento, que ahora funcionan, en muchos casos, como un pretexto para la convivencia social. 

Al respecto, Eduardo Romero, un joven de 26 años, comparte que tiene pocas memorias de cómo era una posada cuando era niño: "tengo un vago recuerdo de cómo se hacían antes. A mi abuelita le gustaba preparar tamales para la posada de la calle", en la alcaldía Iztacalco, narra. 

En entrevista, dice que tanto él como sus primos ayudaban a amasar la mezcla de los tamales y a deshebrar el pollo y, una vez que llegaba la tarde, se alistaban con chamarras y guantes para acudir a la casa más grande de la calle, donde solían hacer la posadas. 

"Yo tendría como 7 u 8 años, ya después se dejaron de hacer las posadas, no sé porqué se habrán dejado de hacer pero ya nunca más se hizo una. Hasta la fecha ya no se hacen, creo que tiene mucho que ver que quienes las organizaban ya murieron, mi abuelita, por ejemplo, falleció", comenta. 

Señala que, desde antes de la pandemia por COVID, en 2019, las posadas a las que acudió eran reuniones con amigos en las que bebían alcohol y compraban pollos rostizados "para celebrar" a Jesús.

Al respecto, Ariel Corpus, experto en antropología de la religión, analiza que las "nuevas generaciones están dándole un giro diferente al significado; hay posadas, pero ya son más reuniones de convivencia con un fin más de socialización, de fiesta, de 'reventón', de poder pasar un rato más agradable. Y yo creo que es parte de la propia dinámica de la sociedad, donde se va alejando de lo religioso, de prácticas institucionalizadas, de prácticas tradicionales; están buscando nuevas formas de darle sentido a un tipo de práctica, pero ya no bajo estos lentes netamente religiosos". 

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Detalla que el proceso de evolución de las posadas actualmente persigue el "sentido de buscar generar comunidad, independientemente de que si se hace a partir de valores religiosos o con elementos religiosos y que tengan cabida ya a otros elementos -vamos a decirlo así- profanos como como el alcohol, pero con la finalidad de la convivencia la sociabilidad".

Eduardo platica que para este diciembre tiene "pendientes" al menos tres "posadas-pedas", como él y sus amigos les llaman, en las que consumen algunas cervezas, comen pizza, hacen karaoke y, en algunas ocasiones, aprovechan para darse el "abrazo de fin de año". 

"De pronto hay pequeños nacimientos en casa de algunos. Recuerdo que hace un año con mis mejores amigos intentamos hacer un pavo navideño, pero se nos quemó y terminamos comiendo algo que pedimos por una aplicación, pero lo importante era estar juntos", recuerda sobre la última posada a la que asistió.

Por su parte, el catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas ve que en adelante las posadas tengan esa tendencia: más convivencia, aunque algunos sectores sociales las tratarán de conservar, ya sea familias, la propia Iglesia Católica o hasta gobernantes de alcaldías. 

Explica que aunque sufran modificaciones, las posadas tradicionales seguirán teniendo cabida en la sociedad. "Estamos hablando de una práctica que tiene muchos años y que está muy arraigada en distintas partes de la sociedad y que va a seguir va a seguir manteniéndose, en menor o en mayor medida, pero a la par vamos a tener que convivir con estas otras formas de socialización, también denominadas 'posadas'".

Señala que la tradición cambiará y que nos tendremos que adaptar. Sin embargo, para quienes aún quieran mantener las costumbres, dice, es importante contar con posadas que prioricen "elementos simbólicos donde haya una socialización hacia los niños, sobre todo quizá en espacios y en familias con una matriz más católica, desde luego religiosa".

ELEMENTOS INFALTABLES PARA UNA POSADA TRADICIONAL

Si bien las posadas como las conocíamos han sufrido algunas modificaciones, dice el experto de la UNAM, es importante seguir las tradiciones y también asistir a festejos con tintes más tradicionales. Al respecto, señala algunos elementos infaltables:

Cánticos/letanías: Narran la travesía y necesidades de la 'sagrada familia' para hallar un lugar donde pudiera descansar a su llegada a Belén, actualmente Cisjordania, Palestina, donde según la fe católica, nació el mesías Jesús. 

Piñatas: De 5 o 7 picos, las piñatas representan los pecados capitales y la necesidad de que sean destruidos con virtud. De ahí la necesidad de 'darle' duro a estos coloridos y divertidos elementos.

Comida: Representa la hospitalidad con la que la 'sagrada familia' fue acogida en una posada. Regularmente quienes organizan las posadas, dan de comer platillos típicos de la región y de las fechas: en el centro de México, por ejemplo, es común otorgar a los invitados tostadas, tacos, pambazos y café, té o el tradicional ponche. 

Velas: Significa el alumbramiento del camino que siguieron María y José rumbo a Belén para encontrar un lugar para alojarse, antes del nacimiento del Niño Jesús.

Recorrido en las calles: El propósito es recordar la peregrinación de Nazaret a Belen que hicieron María y José luego de que se enteraran del censo que el emperador romano César Augusto ordenó para todos los judíos. 

Y tú, ¿cómo vas a celebrar las posadas que inician el 16 de diciembre y culminan el 24?

Enrique Vega 14.34.2023 Última actualización 14 diciembre 2023 20:34

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