Porque en México hay más de tres mil volcanes susceptibles de registrar una erupción, según la UNAM
La Ciudad de México, además de estar cerca de uno de los volcanes activos de México, el Popocatépetl, tiene cinco volcanes más. Se trata del Teuhtli, Tláloc, Guadalupe, Ajusco y Chichinautzin.
Estos cinco volcanes se caracterizan por ser monogenéticos, es decir, son más pequeños, tienen una potente erupción, así como una vida breve, mientras que los volcanes poligenéticos, como el 'Popo', pueden tener diversas erupciones, una larga vida y son de gran tamaño.
Aquí te presentamos cuáles son esos volcanes que habitan en la CDMX desde hace miles de años.
AJUSCO
Lo que parece un cerro en plena delegación Tlalpan, en realidad es un volcán que forma parte de una cadena de montañas y volcanes llamada Sierra de Ajusco Chichinauhtzin. Está a una altura de 3 mil 937 metros sobre el nivel del mar.
TLÁLOC
Está ubicado en la delegación Milpa Alta, tiene una altura de más de 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar, de acuerdo con El Universal. Es el segundo volcán más alto en la capital del país, después del Ajusco.
TEUHTLI
Es un volcán que se encuentra entre las delegaciones de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta. Se caracteriza por tener un diámetro mucho mayor que su altura y está ubicado cerca del poblado de Santiago Tulyehualco, en Xochimilco.
GUADALUPE
Se encuentra en la delegación Iztapalapa, específicamente en la Sierra de Santa Catarina. Este coloso, así como los volcanes La Caldera, Santiago y Xaltepec, forman parte del Área de Conservación Ecológica. Se pueden observar desde El Cerro de la Estrella.
CHICHINAUTZIN
Este volcán lo comparten la CDMX y Morelos. Se encuentra en el área natural protegida de los Parques Nacionales del Tepozteco y las Lagunas de Zempoala.
¿PUEDEN DESPERTARSE?
De acuerdo con científicos de la Universidad de Washington, las cámaras magmáticas, es decir, depósitos de roca fundida que se encuentran en el interior de los volcanes inactivos están llenos de una pasta pegajosa y viscosa, por lo tanto para que un volcán se reactive tendría que haber magma muy caliente y de reciente formación, que surgiera de las profundidades de la tierra para calentar esa pasta, informó National Geographic.
Pese a que se calor tarda cientos o hasta miles de años en repartirse por toda la cámara y calentar el fluido magmático como para provocar una erupción, los científicos consideran que el magma caliente podría mezclarse con esa pasta pegajosa y antigua más fácil de lo que se creía.
Sin embargo, en este momento las autoridades locales no han emitido alguna recomendación particular sobre estos volcanes durmientes en la capital.