"Oremos todos, todas, todes", pidió Gonzalo Rosas, sacerdote jesuita que celebra misas por la inclusión de la comunidad LGBTTTIQ+ en la Ciudad de México. Este discurso abre una puerta a la inclusión en la Iglesia.
La misa la ofició en la parroquia de la Sagrada Familia, ubicada en la colonia Roma, donde el clérigo trabaja desde hace 11 años y oficia eucaristías dominicales con la comunidad LGBTTTIQ+ una vez al mes, que se replican en tres iglesias capitalinas.
En entrevista con APF, el padre dijo que su misión al llegar al templo, en 2013, fue conocer a la comunidad. Descubrió "rostros nuevos".
"Encontré mucha diversidad sexual, busqué a las organizaciones, a los jóvenes para dialogar. Me decían 'padre, la iglesia nos excluye' (...). Los invité a ver qué camino podíamos hacer juntos y surgió la idea de una misa", recuerda el sacerdote de 68 años, compañero de orden del papa Francisco.
El sacerdote cuenta que sus superiores autorizaron las celebraciones a condición de que no se politizaran.
En diciembre pasado, el Papa Francisco autorizó la bendición a parejas del mismo sexo, aclarando que se consagra a las personas y no la unión, fuera de los rituales litúrgicos.
Al siguiente mes, tras la misa, se dieron las dos primeras bendiciones de la Sagrada Familia.
La Ciudad de México fue pionera en América Latina al aprobar el matrimonio igualitario en 2010. Doce años después la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) lo legalizó en todo el país, donde 72% de sus 126 millones de habitantes se declaran católicos.