Porque esta estrategia la han mantenido presidentes y gobiernos de diferentes partidos
Militares gritando indicaciones tácticas, ráfagas de armas de alto poder, aeronaves sobrevolando la zona y amplia cobertura mediática. Estos elementos son comunes al recordar los operativos de los últimos años para detener a alguno de los capos mexicanos, es decir, a los líderes de las diferentes organizaciones del narcotráfico.
Pero, ¿qué tan conveniente resulta la estrategia de decapitar a los cárteles? Nación321 entrevistó a tres expertos en la materia, quienes nos ayudan a analizar este método, utilizado desde lo años 80 y que con el panista Felipe Calderón y el priista Enrique Peña Nieto ha alcanzado su punto más álgido.
ESTRATEGIA POCA EFECTIVA
Entre 2009 y 2016, fueron abatidos, detenidos o recapturados los líderes de las principales grupos de la delincuencia organizada, como Arturo Beltrán Leyva, Heriberto Lazcano Lazcano o Joaquín el Chapo Guzmán, por mencionar solo algunos. Sin embargo, la violencia no cesa y en octubre de 2017 el país alcanzó el mayor número de homicidios dolosos desde que se tiene registro.
Froylán Enciso, analista del International Crisis Group, explica que la estrategia de descabezar cárteles, en realidad, incentiva el brote de más violencia:
"Se inician guerras internas en las organizaciones criminales por el liderazgo, los capos más jóvenes intentar tomar el espacio que antes tuvieron los capos viejos y provocan muchísima violencia en esa lucha al interior del cártel"
Froylán Enciso
En ese sentido, Enciso también apunta que cuando un líder es detenido o abatido, organizaciones rivales lo ven como una oportunidad de apoderarse de territorios y negocios del grupo que perdió a su cabecilla, lo que genera nuevos enfrentamientos y violencia.
Asimismo, el también profesor del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) señala que aunque la administración del presidente Enrique Peña Nieto ha logrado neutralizar a 108 de los 120 objetivos prioritarios de seguridad, los indicadores de violencia en México se mantienen al alza:
"Si evalúas esta estrategia en términos de impacto en el índice de homicidios -la principal medida de violencia-, no ha funcionado."
Froylán Enciso
PERO UN TRABAJO NECESARIO
Alejandro Hope, analista de seguridad, explica que, en realidad, los casos de captura o abatimiento de verdaderos capos son poco numerosos, "unos 5 o 6", por lo que de ellos no se pueden obtener lecciones inequívocas.
Hope explica que detrás de perseguir a los líderes del narcotráfico puede haber argumentos éticos, pues dichas personas son responsables de la pérdida de miles de vidas, pero también hay otros argumentos de corte estratégico:
"No puedes mandar el mensaje de que alguien no puede ser capturado porque eso generaría demasiada estabilidad, no puedes catalogar a un capo como 'demasiado grande para caer'"
Alejandro Hope
Hope señala que no es conveniente que un gobierno deje de perseguir a los líderes narcos solo porque su captura o muerte generaría conflictos al interior de su organización. El analista explica que si se sigue ese criterio, los demás criminales asumirían todos los riesgos para alcanzar esa categoría, seguramente ejerciendo aún más violencia.
Por su parte, Virgilio Muñoz Alberich, maestro en Seguridad Nacional, señala que dejar de perseguir a los grandes capos del crimen organizado representaría abonar a la impunidad.
Y sobre las críticas que señalan que la decapitación de cárteles generaría más violencia y crímenes, Muñoz señala:
"El fenómeno del homicidio, del secuestro o de la extorsión no encuentra razones homogéneas a lo largo del territorio, hay que entender la dinámica delictiva de cada región"
Virgilio Muñoz.
ENTONCES, ¿QUÉ HACE FALTA?
Aunque difieren en su postura sobre la decapitación de los cárteles, los expertos consultados por Nación321 coinciden en que esta estrategia tiene carencias que causan que la violencia no cese ni el narcotráfico termine con la captura de los líderes criminales.
Virgilio Albrich señala la necesidad de emplear una estrategia más sofisticada para combatir a los cárteles. El experto en seguridad nacional considera que la persecución "es un factor necesario pero no suficiente" para combatir a los cárteles, y ese esfuerzo debe ir acompañado de medidas de inteligencia financiera y patrimonial.
El analista Alejandro Hope considera que el hecho de que la neutralización de un capo provoque el surgimiento de grupos menores no es necesariamente malo, pues es preferible lidiar con varias bandas que con un cártel. Sin embargo, señala que el Estado mexicano debe desarrollar capacidades en las instituciones locales de seguridad y justicia para lidiar con esos grupúsculos, "pero es en lo que nos hemos atorado".
Por su parte, el analista Froylán Enciso cree que además de mejorar la respuesta y el diseño institucional mexicano, se necesita atacar las razones que llevan a las personas a incorporarse a actividades criminales. "Mientras haya jóvenes que no tengan oportunidades, el problema va a continuar", sentencia.