El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha respondido a su manera a la política del actual gobierno mexicano de “abrazos no balazos”: secuestrando a varios miembros de una fuerza policial de élite en Guanajuato, torturándolos para obtener los nombres y direcciones de colegas y ahora está cazando y matando a policías en sus casas, en sus días libres, frente a sus familias.
Es un tipo de ataque directo a oficiales que rara vez se ve fuera de las naciones más plagadas de pandillas de Centroamérica y representa el desafío más directo hasta ahora para la política del presidente Andrés Manuel López Obrador de evitar la violencia y rechazar cualquier guerra contra los cárteles.
El grupo del narcotráfico le ha declarado la guerra al gobierno con el objetivo de erradicar al Grupo Táctico, porque según el grupo criminal, trata injustamente a sus miembros.
“Quieren guerra, guerra van a tener y ya les demostramos que ya los tenemos ubicados. Vamos por todos ustedes”, dice una manta impresa profesionalmente y firmada por el cártel de Jalisco que apareció colgada en un edificio en Guanajuato, en mayo.
“Por cada miembro de nuestra empresa (CJNG) que remitan, se va a matar a dos tácticos de ustedes, en donde estén, en su casa, en patrullas o servicios fijos”, dice la pancarta, refiriéndose al cártel por sus iniciales.
Funcionarios de Guanajuato, el estado más violento de México, donde el CJNG lucha contra pandillas locales respaldadas por el Cártel de Sinaloa, se negaron a comentar sobre cuántos miembros del grupo de élite han sido asesinados hasta ahora.
En el caso más reciente, la policía estatal reconoció públicamente que un oficial fue secuestrado en su casa el jueves, asesinado y su cuerpo arrojado en una carretera.
El analista de seguridad David Saucedo dice que ha habido muchos casos. “Muchos otros (oficiales) decidieron desertar. Se llevaron a sus familias, abandonaron sus domicilios y están escondidos y huyendo”.
“El cártel está cazando a los policías de élite de Guanajuato”, agregó.
Es difícil encontrar el número de víctimas, pero Poplab, una cooperativa de noticias en Guanajuato, dijo que al menos siete policías han sido asesinados en sus días libres en lo que va de año.
En enero, hombres armados fueron a la casa de una mujer policía, mataron a su esposo, se la llevaron a rastras, la torturaron y arrojaron su cuerpo acribillado a balazos.
Guanajuato ha tenido la mayor cantidad de policías asesinados de cualquier estado desde al menos 2018, según Poplab. Entre 2018 y el 12 de mayo, un total de 262 policías han sido asesinados, unos 75 oficiales cada año, más de los que mueren por disparos u otros asaltos en promedio cada año en todo Estados Unidos.
El problema en Guanajuato se ha agravado tanto que el gobierno estatal publicó un decreto especial el 17 de mayo para proporcionar una cantidad no especificada de financiamiento para los mecanismos de protección de la policía y los funcionarios de prisiones.
“Esta es una guerra abierta contra las fuerzas de seguridad del gobierno estatal”, señaló Saucedo.