1. Un Congreso amurallado o bloqueado por policías debería ser una excepción, algo reservado para evitar ataques de hordas trumpistas. Que el de la Ciudad de México estuviera así el lunes estuvo mal.
2. Que se restrinja el paso a la casa de los representantes a ciudadanos o a autoridades electas es una aberración.
3. También lo es que políticos y líderes de todo signo movilicen a contentillo huestes para montar mecanismos de presión contra congresistas al bloquear los accesos a los recintos oficiales. Padecemos de todos lados usos y costumbres tan predecibles como lamentables.
4. Que en un forcejeo con policías se golpee a ciudadanos o autoridades, incluidas mujeres, debe ser intolerable para todos. Toca condenar la violencia siempre, sin distingo de filiaciones.
5. Que estuviera por legislarse algo que afectaría a quienes están por asumir un puesto popular, y que no sólo no se invite a esas autoridades a la sesión sino que incluso se les dificulte el acceso, es todo menos democrático.
6. Que tras las elecciones del 6 de junio la jefa de Gobierno se haya reunido incluso con candidatos de su partido que perdieron, pero no con las y los alcaldes electos de siglas distintas es una anomalía para la convivencia democrática de la capital.
7. En el palacio del exayuntamiento se argumenta que hay que esperar los tiempos de la ley para que se desahoguen quejas o inconformidades, que cuando las autoridades electas estén firmes jurídicamente se darán las respectivas entrevistas. Suena a pretexto. La democracia implica rituales y confianza entre adversarios. Se podría establecer comunicación y hasta negociaciones entre electos y la jefa de Gobierno que no transgredan el marco legal. Si no las y los ha visto es porque Claudia Sheinbaum no quiere. Punto. Y eso es un gran mensaje sobre cómo será el trato que les brindará a la mitad+1 de las alcaldías de la capital.
8. Las alcaldías de la Ciudad de México no son ayuntamientos: no tienen la autonomía de gestión que sí gozan los ayuntamientos en las entidades federativas. En el ex-DF dependen para todo del gobierno central. Claudia los tiene donde los quiere tener. Y ella anda de mudanza: de la jefa de Gobierno que fue en el primer trienio quién sabe qué quedará en este segundo periodo, en el que quiere morenizar todo lo que pueda de su gestión.
9. Eso de que actuarán como bloque las y los nueve alcaldes de oposición ¿es buena idea? ¿De verdad creen que Adrián Ruvalcaba de Cuajimalpa es de fiar? Él tiene alianzas previas y aspiraciones propias.
10. En el mismo sentido que la pregunta anterior: ¿cómo se sienten las y los alcaldes de oposición con Giovany Gutiérrez, elegido por la alianza en Coyoacán con evidentes ligas de ida y vuelta con Mauricio Toledo? ¿De verdad les suma a su bloque?
11. Así como desde 2018 el Presidente de la República ha sido selectivo en la forma en que ha tratado a los gobernadores de otros partidos, Sheinbaum hará lo propio. Para el trato parejo, tendrán a Martí Batres. Algunas o algunos podrían ser luego objeto de una relación especial con la jefa de Gobierno, pero en bloque no le van a sacar nada. Ni por las buenas ni por las malas.
12. Si Claudia y l@s alcaldes de oposición no encuentran la manera de coordinarse para gobernar, los que pagarán el pato serán los capitalinos, pues esa mala relación pegará en seguridad, protección civil, servicios, vigilancia de giros y movilidad.
Así los back to the basics de Sheinbaum. Amig@s, dense cuenta.