Opinión

Omar Cepeda: AMLO sueña con serpientes

El Presidente. | AMLO reitera su solidaridad y amor a Cuba y, pero sobre todo, a su revolución | Fuente: Cuartoscuro

En 1993 Luis Eduardo Aute dedicó un ‘Toro’ a Silvio Rodríguez, quiero decir una canción, en la Plaza de las Ventas en Madrid, en un concierto llamado “Mano a Mano”. El lunes, López Obrador le brindó otro al músico cubano, ahora en México al confirmar su ausencia en la Cumbre de las Américas.

Seguramente el mandatario mexicano le adelantó la decisión a su amigo en la reunión que sostuvieron el domingo pasado, mientras Silvio recordaba en corto la canción de “El Necio”, una de sus más emblemáticas composiciones.

Silvio es el mejor embajador de Cuba, sus letras son más importantes que cualquier valija diplomática. Los imagino alzando una copa de vino y decir “salud”, después de una pausa tras el verso “yo quiero hacer un congreso del unido”, mientras AMLO reiterara que su solidaridad y amor a la isla son incondicionales, pero sobre todo, a su revolución.

El siguiente ‘Toro’ lo dedicará Silvio el próximo viernes en el Zócalo capitalino, cuando ofrezca un concierto público, a las puertas de Palacio Nacional.

Debe ser muy interesante la plática de uno de los compositores más finos y profundos de Iberoamérica con el político más popular del continente. Comparten virtudes, ambos se han posicionado dentro de la historia de sus países. Uno, apoyando la revolución armada; el otro, la “transformación” pacífica.

Desde sus respectivas trincheras se identifican con los pobres, los desamparados, los desposeídos. Uno enarboló desde la embarcación pesquera “Playa Girón”, la esencia de esa visión con sus letras; el otro, desde los caminos andados, durante más de dos décadas, por todos los municipios de México. “Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui…”, dice Silvio en “El Necio”. Seguramente al escuchar ese estribillo, a AMLO se le inflama el pecho entre suspiros profundos.

Al mismo tiempo es interesante la amistad que presumen el cantautor y el político, porque ambos guardan interesantes diferencias. En esa misma canción, Silvio demuestra su indiferencia a las deidades: “allá Dios, que será divino/ yo me muero como viví”; mientras que AMLO encomienda su destino al creador. Por supuesto que eso no tiene nada de malo, pero se podría concluir que su cercanía se ha configurado a partir de sus sus coincidencias políticas, y no necesariamente ideológicas.

Dudo incluso que a AMLO le muevan las canciones de amor de Silvio, esas sutilezas de la vida parece que no van con él. Su amor es con el pueblo, a él le encarnan los poemas sociales, de protesta, los que hablan de la gente de abajo.

Pero con Silvio hay algo más allá, es una especie de inspirador… un oráculo de quien escucha y toma nota con devoción. Sí me lo imagino asintiendo y sintiendo lo que el cubano le dice sobre los movimientos políticos que Fidel y Raúl Castro han direccionado frente al imperialismo, mientras el tabasqueño apunta en su mente los argumentos.

Andrés Manuel salió inspirado en la conferencia matutina del lunes pasado. Esperaba con ansia la pregunta de cualquiera de los presentes, que le diera pie a explicar los motivos de su inasistencia a la Cumbre. Primero justificó que fue por “...la exclusión, el querer dominar sin razón alguna, el no respetar la soberanía de los países, la independencia de cada país, y no puede haber Cumbre de las Américas si no participan todos los países del continente americano”.

Después se dedicó a enaltecer a Cuba, sin mencionar a Venezuela y Nicaragua. Habló sobre la hipocresía de quienes critican la falta de derechos humanos en Cuba; de los intereses ocultos que obligan a los gobiernos estadounidenses a mantener el bloqueo a la isla, así como de la falta de coherencia de aquellos países que votan, una y otra vez en la ONU contra el bloqueo, pero no hacen más para que éste finalice.

Al final reflexionó: “puede ser que haya hijos, nietos de los que salieron de Cuba al triunfo de la revolución que ya estén pensando de otra manera”. Seguramente Silvio vivió una de sus mañanas más complacientes en nuestro país, desde las múltiples visitas que nos ha hecho desde hace varias décadas.

El concierto del próximo viernes llega en un momento climático para AMLO, justo cuando expande su legado a 22 estados del país. Divididos por el pueblo, AMLO tarareará “sueño con serpientes, con serpientes de mar…”, junto con esos versos de Bertolt Brecht: “pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”, y probablemente dirá “yo soy como esos”.

Para la izquierda tradicional e incondicionales seguidores de la 4T, será la coronación emocional de este sexenio, cuando en la voz de Silvio se traduzca el movimiento de AMLO, y desde su guitarra varias generaciones recuerden la desdicha de las dictaduras latinoamericanas y a personajes quienes como el Che, dignificaron a las sociedades latinoamericanas.

Omar Cepeda 09.09.2022 Última actualización 09 junio 2022 8:9

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