Aunque digan que no, que ya lo esperaban, hasta los propios integrantes del equipo de Claudia Sheinbaum fueron sorprendidos por la ventaja que su candidata obtuvo en las elecciones del domingo pasado.
La encuesta de salida levantada por El Financiero arroja algunas pistas del por qué de este tsunami que ha cambiado el entorno político del país.
A mi juicio, los datos que arroja muestran que el hecho de que la oposición haya planteado esta elección como un virtual plebiscito respecto al gobierno de López Obrador fue determinante para el tamaño de la derrota.
La aprobación al presidente López Obrador entre los que acudieron a las urnas fue de 71 por ciento según la encuesta, mientras que 28 por ciento lo desaprobaron.
Con esos números, era previsible que, si la elección de Claudia se veía como un plebiscito, iba a arrollar, como ocurrió.
El 58 por ciento de los entrevistados manifestó una postura favorable a la 4T, mientras que el 22 por ciento estuvo en contra.
El 56 por ciento de los entrevistados al salir de las urnas manifestó ser beneficiario de programas sociales y de ellos, el 69 por ciento votó por Claudia, mientras que solo el 23 por ciento lo hizo por Xóchitl.
Pero sorprende que aun el 49 por ciento de los que no son beneficiarios votaran a favor de Claudia, mientras que en este grupo solo el 37 por ciento lo hiciera a favor de Xóchitl.
Es decir, aunque los programas sociales fueron muy relevantes, la identificación con el presidente y su movimiento fue aún más importante.
Otro dato que sorprendió es la elevada proporción de personas que se califican como parte de la clase media que votaron a favor de Claudia.
El 59 por ciento de los que así se califican se inclinaron por la candidata de Morena y solo el 30 por ciento por Xóchitl.
Incluso, el 49 por ciento de quienes se caracterizan como parte de la clase media-alta votaron por Claudia y solo el 41 por ciento por Xóchitl.
A pesar de las movilizaciones que parecían indicar que la clase media estaba con la candidata del frente opositor, se pudo observar que se repitió el patrón de 2018, elección en la que una gran parte de la clase media apoyó a AMLO.
Hay muchos otros datos, pero los que enumeramos empiezan a perfilar que el voto a favor de Claudia fue mucho más generalizado de lo que algunos imaginaban.
A serenar a los mercados
Aunque muy breve, el mensaje que ayer envió el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, a los mercados financieros, logró parar la corrida.
Hacia las 6:40 de la mañana, la paridad del peso frente al dólar ya había llegado a 18.20 pesos y el lunes la bolsa había caído más de 6 por ciento.
Luego de escuchar el compromiso de quien será también el secretario de Hacienda del nuevo gobierno de reducir el déficit público, poner control en Pemex y promover la inversión privada, las cosas empezaron a tranquilizarse.
El índice de precios y cotizaciones de la BMV terminó la sesión con una ganancia de 3.2 por ciento.
Sin embargo, pensar que lo que ocurrió el lunes es un episodio aislado e irrepetible sería un error, tendremos episodios de volatilidad.
En este proceso de transición que viviremos, seguramente habrá motivos de inquietud que generen reacciones como la de hace unos días.
Así que habrá que estar atentos y serenos, tanto inversionistas, como, sobre todo, autoridades.