Opinión

Enrique Quintana: Las elecciones y el dólar

El 2 de junio. | Hay que recordar que los mercados descuentan los eventos futuros que son razonablemente predecibles | Fuente: Shutterstock / Cuartoscuro

¿Qué puede pasar con el tipo de cambio del peso frente al dólar tras las elecciones del próximo domingo?

Todo y nada.

Hay muchos escenarios que son posibles, pero pocos que son probables.

Hay que recordar que los mercados descuentan los eventos futuros que son razonablemente predecibles.

Es decir, las cotizaciones que el peso ha tenido en las últimas semanas corresponden a decisiones que los inversionistas han tomado en función de lo que se puede esperar como resultado este domingo.

Si no hay sorpresas, lo más seguro es que las tendencias que ha tenido nuestra moneda se mantengan y si hubiera ajustes, quizás dependan más de factores externos que internos, como ocurrió ayer, cuando hubo la percepción de una mayor reticencia de la Reserva Federal a bajar tasas, una tendencia más ‘hawkish’, como se refiere en la jerga de bancos centrales, lo que llevó el peso a 16.80 por dólar.

¿Qué es lo que podría conducir a un movimiento imprevisto de los mercados financieros?

Desde luego un escenario de incertidumbre electoral.

Imaginemos que, al término de la jornada del domingo no hay manera de conocer el resultado, debido a lo cerrado de la contienda.

Si ni las encuestas de salida, que tendrán márgenes de error tal vez de 1 a 3 puntos, o incluso el conteo rápido del INE, que solo lo tendrá de algunas décimas de punto porcentual como margen de error, fueran incapaces de ofrecer un resultado cierto, entonces, quizás, sí nos enfrentaríamos a una situación de incertidumbre política que se contagiaría a lo financiero.

Digo quizás porque dependería de las consecuencias.

En el mes de julio de 2006, el dólar se abarató en la jornada del 3 de julio, a pesar de que no hubo entonces resultados oficiales.

Entonces, parecieran haberse tranquilizado los inversionistas con la percepción de que no había ganado AMLO.

En la medida que los datos fluyeron, el peso siguió ganando terreno.

En esta ocasión, no estoy seguro de que eso ocurriera.

Pero, creo que también podría generar nerviosismo un triunfo arrollador de Morena, que pudiera lograr que en el Congreso se configuraran mayorías calificadas de ese partido.

Eso implicaría que las reformas propuestas por AMLO el 5 de febrero, que prácticamente cancelan la Suprema Corte y el Poder Legislativo, tal y como los conocemos, se hicieran realidad.

Y el mundo de las inversiones sabe que no es lo mismo invertir en Venezuela que en un país democrático.

Pero, cuidado con magnificar los juicios.

A veces, quienes seguimos con atención los procesos políticos, como las elecciones del domingo, pensamos que el grueso de la población y el mundo entero están al pendiente.

No es el caso.

El mundo sigue funcionando al margen de lo que hagan o digan los políticos, y a veces a pesar de ellos.

Fuera de los escenarios descritos, es decir, un resultado tan apretado que pudiera generar conflictos poselectorales o triunfo tan holgado de Morena que preocupara por las reformas constitucionales que pudiera impulsar, creo que no habría motivos para propiciar un entorno de mayor nerviosismo.

Tocamos madera.

Enrique Quintana 29.34.2024 Última actualización 29 mayo 2024 6:34

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