A menos de una semana de haber jurado como presidente de Estados Unidos, la administración de Trump recibirá a una delegación mexicana encabezada por Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo.
Y 11 días después de llegar a la Casa Blanca, recibirá al presidente Enrique Peña.
Las autoridades mexicanas le han dado celeridad a los primeros acercamientos con el objeto de tratar de reducir los espacios de incertidumbre que existen.
¿Cuáles son las palancas en las que tendrá que apoyarse el equipo negociador de México?
1. La diferencia entre México y China.
El déficit comercial de Estados Unidos con China fue en 2015 de 367 mil millones de dólares y el del año pasado apunta a una cifra apenas menor. Pero, además, se multiplicó por 4.4 veces en lo que va de este siglo. El déficit que EU tiene con México es de 67 mil 500 millones de dólares, un 18% del de China.
Las exportaciones de bienes de China a EU alcanzaron 484 mil millones de dólares en 2015 y China apenas compró 116 mil 700 millones de bienes provenientes de la Unión Americana. México, en contraste, vendió menos productos que China a EU, 303 mil 300 millones de dólares y compró más del doble de lo que compra China, 235 mil millones.
La razón son las cadenas regionales de manufactura, que determinan que el 40% del contenido de las exportaciones de este tipo de México a EU, contenga productos norteamericanos. A diferencia del caso de China, donde el porcentaje es tendiente a cero.
En pocas palabras, se puede plantear de manera muy clara que mientras que el comercio con China explica el 48% del déficit comercial total de EU, el que EU tiene con México explica el 8.8%. De hecho, es superior el déficit que EU tiene con Alemania al que tiene con nuestro país.
Sobre la base de esta diferencia se puede argumentar claramente que el fortalecimiento del comercio entre las dos naciones puede dar ventajas competitivas a la producción de la región, incluyendo las empresas norteamericanas.
Así que la renegociación del TLCAN puede estar orientada en esa dirección.
2. La seguridad regional.
Estados Unidos necesita a México como un aliado en materia de seguridad regional. Más aún si el gobierno de Trump cumple sus amenazas y se distancia de la OTAN. El gobierno mexicano sabe que hacer esfuerzos para controlar los riesgos del terrorismo que pueden llegar desde el sur de la frontera de EU, son una carta que puede tener gran valía en la negociación, pues el propio John Kelly, secretario de Seguridad Interior de Trump, ha dicho que el muro no garantiza la seguridad.
3. La migración.
México puede plantear que hará esfuerzos por evitar la migración de mexicanos a EU, que ya de por sí en términos netos es muy baja o hasta negativa. Y puede mostrarse incluso receptivo a recibir a quienes sean deportados, pero, como lo propusieron Castañeda y Ríos Piter, siempre y cuando se demuestre que se trata de ciudadanos mexicanos.
El problema principal de la migración hacia EU es hoy de ciudadanos centroamericanos y del Caribe, lo que también representa un problema para México. Y, en esta materia, hay elementos para convertir este asunto en una carta en la negociación para buscar mejores condiciones para los indocumentados mexicanos que viven en EU.
Como quien dice, no estamos mancos. Y el gobierno de Trump debe saberlo.