En este año 2019 que está por concluir se habló mucho de polarización política, de formas de pensar y opinar que se distancian unas de las otras en diversos temas, pero principalmente en torno al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de la Cuarta Transformación.
¿Hasta qué punto los mexicanos catalogan este 2019 como un año divisivo? Para saberlo, le formulamos a los entrevistados en la más reciente encuesta nacional de El Financiero, realizada en este mes de diciembre, la siguiente pregunta: "En este año, ¿diría que los mexicanos estuvieron políticamente más unidos o más divididos que en años anteriores?"
Si usted opina que la sociedad mexicana estuvo más dividida en este año, entonces forma parte del 39 por ciento de personas a nivel nacional que manifestaron ese punto de vista en la encuesta. En contraste, una mayoría de 55 por ciento opinó que la sociedad estuvo políticamente más unida. Cuestión de enfoques.
Detrás de estas opiniones hay una marcada visión partidaria: La percepción de que los mexicanos estamos más unidos hoy que antes es mayoritaria entre los entrevistados que se consideran de izquierda, alcanzando un 69 por ciento, y se reduce conforme nos movemos hacia la derecha en el espectro ideológico, hasta 42 por ciento. La izquierda y la derecha, de por sí opuestas, confirman sus diferencias en esta percepción.
Por otro lado, la gran mayoría de los seguidores del partido Morena opina que los mexicanos están hoy más unidos que antes (más del 70 por ciento), mientras que la mayoría de los seguidores de los partidos de oposición opinan que los mexicanos están hoy más divididos (más del 50 por ciento). Los filtros u ópticas partidistas e ideológicas influyen en cómo se percibe el ambiente político. La izquierda y el morenismo enfatizan la unidad; la derecha y la oposición señalan las divisiones.
Por ello resulta interesante ver en la encuesta qué opina la mayoría de los mexicanos que son apartidistas, es decir, que no manifiestan ninguna afinidad con los partidos políticos. Para la mayoría de ellos, el 56 por ciento, los mexicanos están hoy más unidos, mientras que el 40 por ciento opina que hay más división.
Estos porcentajes son prácticamente los mismos que se observan en la población general entrevistada, lo cual nos dice que los apartidistas podrían ser el fiel de la balanza en la opinión pública nacional. Y el factor que los inclina hoy en día hacia el lado de la unidad es probablemente su apoyo mayoritario al presidente.
Si las percepciones de unidad o división no solamente son una expresión partidaria o ideológica, sino que también reflejan el apoyo o rechazo al gobierno en turno (la aprobación como un factor de unidad y la desaprobación como un factor de división), podríamos decir que, efectvamente, este año los mexicanos estuvierno políticamente más unidos que en años anteriores, ya que los niveles de aprobación a AMLO fueron más altos.
Así lo indican las encuestas de evaluación al gobierno al cumplir su primer año, en la cual AMLO aparece con un nivel de aprobación ligeramente más alto que Vicente Fox y Felipe Calderón, y sustancialmente más alto que Enrique Peña Nieto. De aplicarse la lógica aprobación-unidad, AMLO ha sido un factor de mayor unidad que sus antecesores (aunque también cabe la posibilidad de que, en el caso de Peña, la desaprobación haya sido un elemento unificador en contra).
Con esto la popularidad cobra una dimensión adicional a las que comúnmente se discuten: el presidente como factor de unidad, de división o, incluso, de polarización. Como ya he comentado en este espacio anteriormente, la polarización no es un asunto de proporciones, sino de distancias y de pérdida del punto medio. De manera que, aunque la mayoría opine que 2019 fue un año de unidad, entre ellos y la minoría que opina lo contrario sí puede haber cierto grado de polarización.
Ya veremos en 2020 si los mexicanos se distancian políticamente más o si reencuentran algunos puntos medios. Lo que diga y haga el presidente será crucial, pero podría no ser lo único. Para las oposiciones es vital rearticularse y reaparecer, ya que el reloj electoral comienza a hacer tic tac. ¿Será 2020 un año más polarizante?