La salida de Samuel García de la contienda hará que todos los partidos calibren sus estrategias de comunicación. Sin embargo, el que mayores retos tendrá será Movimiento Ciudadano: quizás tenga hasta un gran boquete que llenar. No es porque sean malos en sus mensajes de campaña – incluso son mejores que el resto de los institutos políticos. El reto, entonces, es cómo cuadrar una narrativa que inspire a nivel federal, tan buena como varios de sus candidaturas locales.
Desde hace años, la estrategia de MC ha sido construir estructuras desde los estados, comenzando con tener registro como partido local, ganar su propio grupo parlamentario, algunos municipios y finalmente, gubernaturas. Por ello, ha descentralizado su propaganda, poniendo mayor o menor atención a las entidades según sus intereses y apuestas. De esa forma, la apuesta con Samuel García era “jalar” votos desde la contienda federal, particularmente para el Congreso de la Unión.
En ese intento, son maestros en el jingle y la semiótica. Mientras la buena propaganda apela al intelecto y las emociones, MC nos ha llegado por el oído – y eso es algo más importante de lo que podría sonar. Por ejemplo, si no leen “naranja, naranja” o “nananana na na na” tarareando, han vivido en una dimensión paralela. Si se compilasen todos sus spots musicales y se contratase a un DJ que haga transiciones y alguna que otra mezcla, se podría armar una USB con la etiqueta NARANJA MIX y organizar un baile en lugar de un mitin. Ódienlos o ámenlos, pero la pasarían mejor que escuchando odiosos y acartonados discursos.
Mientras otros partidos buscan a artistas para hacerlos candidatos, MC los convoca para hacer lo que saben hacer: buena música, con algún giro proselitista. ¿Lo dudan? Va este spot de 2015, grabado para la campaña de Enrique Alfaro por Guadalajara, con la mismísima escena rockera tapatía. Se vale brincar.
Otro aspecto notable es su capacidad para usar símbolos. Mientras en otras campañas creen que comunicar es disfrazarse de caballeros jedi cada 4 de mayo, en MC saben que para parecer un grupo de superhéroes basta con tener un elemento diferenciador, aún cuando solo se use una playera con el logo del partido, como se ve en este spot de 2021:
En campaña, su propaganda es distinta según los estados y su interés por crecer electoralmente. Incluso han logrado dar la impresión de preocuparse por formar y promover nuevos cuadros, como en este spot de 2021 para la ciudad de México, con el logo: “voto chilango”.
Podríamos decir, con razón, que ninguna de estas propuestas pegaría en el Bajío, y que ni Alfaro ni Samuel García se hubieran atrevido a promover esto. Sin embargo, les sirvió esta estrategia tan bien, que Salomón Chertorivski está buscando la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Sí, sabemos el resultado de antemano, pero el objetivo es seguir creciendo localmente.
¿Cómo se distinguen de los demás partidos? Enfrentémoslo: la lucha ideológica solo le interesa a muy poca gente. Va un spot también de 2021 sobre su táctica:
Desde luego, podemos decir que las otras dos sopas tienen ingredientes caducos, pero no es sinónimo que la sopa naranja tenga sustancia, nutrientes o siquiera sabor propio más allá de un muy buen etiquetado. Eso nos lleva a este momento: si no se puede vender chicharrón “de la Ramos”, ¿qué personalidad llenará bien los tenis naranja? De tenerla, ¿cómo se le posicionará?
Esa es la gran pregunta de estos días…