La pandemia de COVID-19 no sólo trajo afectaciones económicas, sociales y de salud para la población en México, sino que también incrementó la violencia que ya padecían adolescentes y jóvenes dentro de sus propios hogares.
De acuerdo con la investigación VoCeS-19, realizada por el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) en colaboración con el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) de la Secretaría de Salud y el Population Council de México, el 43% de jóvenes reportó haber estado expuestos a algún tipo de violencia en el hogar, ya sea física, psicológica o sexual.
De ellos, el 28% también indicó que aumentó la frecuencia o gravedad de los actos violentos que sufre, siendo los más afectados los y las jóvenes de comunidades indígenas, afromexicanas y con niveles socioeconómicos bajos.
La encuesta en línea que se realizó para el estudio, en la que participaron 123 mil adolescentes de 15 a 17 años y a jóvenes de 18 a 24 años, también señala que el 68.7% de los jóvenes han tenido síntomas leves, moderados o severos de depresión durante el confinamiento.
De acuerdo con el reporte, 7 de cada 10 adolescentes y jóvenes han experimentado síntomas depresivos, mientras que el 62% presentó ansiedad.
Ante ello, el director del Imjuve, Guillermo Santiago, dijo que este padecimiento se presentó con mayor porcentaje en las mujeres y la población no binaria, por lo que es necesario fortalecer las políticas y programas para los jóvenes de dicho sector.
En tanto, por el confinamiento también se vio un incremento en el consumo de sustancias. El 21% declaró haber aumentado el uso de la mariguana, 18% de opioides y 14% el consumo de alcohol.
Pese a que la mayor parte de los jóvenes y adolescentes estaban inscritos en la escuela al momento del levantamiento de la encuesta, un 42 % reveló que tuvo que abandonar los estudios debido a la pandemia.