Las fuerzas armadas de Estados Unidos y Gran Bretaña bombardearon este jueves más de una docena de instalaciones utilizadas por los hutíes en Yemen, en el Mar Rojo.
Pero, ¿quiénes son? Aquí te contamos.
De acuerdo con la BBC, los hutíes son miembros de un grupo rebelde conocido como Ansar Allah o “partidarios de Dios”, que se adhiere a una rama del isla chiita conocida zaidismo.
Este grupo conforma un tercio de la población de Yemen y gobernaron Yemen del Norte por casi mil años, hasta 1962, cuando inició una guerra civil que se prolongó hasta 1979.
Los hutíes toman su nombre de Husseis Badr al Din al Huti, el líder del alzamiento del grupo de 2004, un esfuerzo por obtener mayor autonomía para la provincia de Dadá, en el norte del país y que consideran propia, y para proteger la región zaidista y sus tradiciones culturales de los islamista sunitas.
Soldados de Yemen asesinaron a Hutu a finales de ese año. Su hermano, Abdul Malik tomó el control del lidero cinco rebeliones antes de un cese al fuego en acuerdo con el gobierno yemení 2010.
La insurgencia intermitente se ganó el apoyo de los yemeníes chiitas, cansados de la corrupción y la crueldad del Ali Abdulá Salé, presidente autoritario y aliado de Arabia Saudita. Especialmente después de los ataque terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Este grupo ha afirmado que sus tácticas tienen como modelo las amelgadas con el Viet Con en la guerra de de Vietnam y los movimiento de resistencia en América Latina. Guardan una relación estrecha con el grupo Hezbolá, el grupo chiita de Líbano.
El movimiento hutí sigue una ideología mixta con principios religiosos, nacionalistas yemeníes y populistas de gran carpa, imitando a Hezbolá. Los forasteros han argumentado que sus puntos de vista políticos son a menudo vagos, contradictorios y que muchos de sus eslóganes no reflejan con precisión sus objetivos.
Según el investigador Bernard Haykel, el fundador del movimiento, Hussein al-Houthi, estaba influenciado por una variedad de tradiciones religiosas e ideologías políticas diferentes, lo que dificultaba encajarlo a él o a sus seguidores en las categorías existentes.
Los hutíes se han presentado a sí mismos como resistencia nacional, defendiendo a todos los yemeníes de la agresión y las influencias externas, como campeones contra la corrupción, el caos y el extremismo, y como representantes de los intereses de los grupos tribales marginados y de la secta zayidí.
Haykel argumentó que el movimiento hutí tiene dos principios religioso-ideológicos centrales. El primero es el "Camino Coránico", y que engloba la creencia de que el Corán no permite la interpretación y contiene todo lo necesario para mejorar la sociedad musulmana.
La segunda es la creencia en el derecho absoluto y divino de Ahl al-Bayt (descendientes del Profeta) a gobernar, una creencia atribuida al jaroudismo, una rama fundamentalista del zaidismo.