Porque fue una de las grandes figuras mundiales del siglo XX
Fidel Castro, quien murió este viernes a los 90 años y gobernó Cuba durante casi medio siglo, era el último dirigente histórico del comunismo y hombre del perenne desafío a Estados Unidos.
Último de los grandes protagonistas de la Guerra Fría, Castro instauró un régimen marxista-leninista a sólo 150 km de las costas de Estados Unidos, y se alió con su enemigo acérrimo, la entonces Unión Soviética.
Con mano de hierro, gobernó 47 años la isla y siguió siendo el máximo guía del régimen después de que enfermó y entregó el mando a su hermano Raúl, cinco años menor, el 31 de julio de 2006.
Irrumpió en la historia el 1 de enero de 1959 cuando, al frente de un ejército de "barbudos", derrocó al dictador Fulgencio Batista, tras 25 meses de lucha en la Sierra Maestra.
Bajo su mando, Cuba protagonizó la crisis de los misiles, se convirtió en santuario de la izquierda latinoamericana, y envió a sus tropas a África para defender al gobierno izquierdista de Angola contra las fuerzas del apartheid sudafricano.
Fidel dirigió los destinos de los cubanos, para unos como un padre protector, para otros como un patrón severo y mesiánico. Bajo su gobierno nació 70% de los 11,1 millones de habitantes de la isla.
Sus opositores lo vieron como un implacable dictador que confiscó libertades y propiedades, sometió a la población a penurias económicas y no admitió el disenso. Más de 1,5 millones de cubanos partieron al exilio.
Para sus admiradores fue un paradigma de justicia social y solidaridad con el Tercer Mundo, que elevó a Cuba a potencia mundial en deporte, con niveles de salud y educación descollantes en América Latina.
Nació en la aldea oriental de Birán el 13 de agosto de 1926, tercero de siete hijos del inmigrante español y terrateniente Angel Castro y de la campesina cubana Lina Ruz.
Fidel forjó su disciplina en escuelas jesuitas y moldeó su rebeldía en la Universidad de La Habana, donde ingresó en 1945, graduándose de abogado en 1950.
Prendió la mecha de la revolución el 26 de julio de 1953, cuando con un centenar de seguidores intentó tomar por asalto el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba.
Tras salir de la cárcel en 1955 partió a México y regresó a la isla al mando de 82 hombres, entre ellos el argentino Ernesto Che Guevara y su hermano Raúl, en un accidentado desembarco el 2 diciembre de 1956 para iniciar la lucha guerrillera que derrocó a Batista.
Sobrevivió a la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, a la crisis de los misiles en 1962 y a la desintegración de la Unión Soviética en 1991.
Una decena de ocupantes de la Casa Blanca –desde Dwight Eisenhower a George W. Bush- buscaron derrocarlo, hasta que Barack Obama en 2014 anunció el fin de la hostilidad hacia Cuba.