Las autoridades rusas desplegaron instalaciones de defensa antiaérea en Moscú y sus alrededores después de que varios ataques con drones golpearon el corazón del país.
Residentes locales publicaron fotos en las redes sociales de grúas elevando sistemas Pantsir a los tejados en el centro de Moscú, así como defensas instaladas en los suburbios occidentales, cerca de la residencia oficial del presidente Vladimir Putin. Las imágenes no pudieron ser confirmadas inmediatamente.
Los despliegues se produjeron después de que el mes pasado ataques con drones alcanzaran bases militares en Saratov y Riazán, a unos 500 km de la capital, según funcionarios familiarizados con la situación que hablaron bajo condición de anonimato al discutir asuntos que no son públicos. Dijeron que los nuevos sistemas complementarán los sistemas antimisiles existentes alrededor de la capital.
Rusia atribuyó los ataques contra sus bases a Ucrania, pero Kiev no ha reivindicado oficialmente la autoría.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, remitió las preguntas sobre los despliegues al Ministerio de Defensa, según Tass.
Los esfuerzos del Kremlin por proteger a la población rusa del impacto de su invasión de Ucrania se están agotando a medida que la guerra se acerca a su segundo año. Una movilización anunciada en septiembre desencadenó un éxodo de rusos que buscaban evitar ser llamados a filas.
Más tarde, las autoridades comenzaron a revisar los refugios antiaéreos en toda Rusia después de más de tres décadas de abandono desde el final de la Guerra Fría.
Son precisos, pequeños, capaces de penetrar las defensas antiaéreas cuando se les lanza en grupo y, lo más importante, son baratos: Así son los drones.
En la invasión de Rusia a Ucrania, los drones explosivos han consolidado su reputación como un arma potente y económica que puede localizar y destruir objetivos al tiempo que infunde el tipo de terror que puede socavar la voluntad de soldados y civiles por igual.
También están rebasando rápidamente a los misiles como el arma de largo alcance predilecta. Conocidos como “los misiles crucero de los pobres”, estás máquinas asesinas voladoras pueden inundar cualquier campo de batalla a un costo mucho más bajo.
El lanzamiento de ofensivas con drones Shahed de fabricación iraní sobre Ucrania cumple varios objetivos de Rusia: Eliminar blancos cruciales, sacudir el estado de ánimo y drenar las arcas de guerra y los arsenales del enemigo en su intento por derribarlos.