Xiomara Castro, jefa de Estado de Honduras, ordenó a sus fuerzas armadas decomisar armas de fuego dentro de las prisiones, luego de la matanza de 46 reclusas el pasado 20 de junio.
Además, la mandataria anunció que la Policía Militar del Orden Público (PMOP) entraría a las cárceles varoniles y femeniles de su país, para el desarme de pandilleros dentro de los centros de reclusión de Honduras.
Eso no fue todo, la mandataria básicamente ordenó que los presos miembros de pandillas en Honduras fueran tratados de una manera similar al esquema de reclusión que enfrentan los pandilleros en El Salvador, implementado por el presidente Nayib Bukele, en su “guerra” contra las pandillas:
En imágenes difundidas se observa cómo los recluidos fueron sentados en el piso y luego los formaron en filas, para después llevar a cabo inspecciones en dos penales de alta seguridad.
Tras ello, los reos fueron vigilados por militares, fuertemente armados, con los rostros cubiertos, en la prisión de alta seguridad de Támara, a unos 15 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
El pasado 20 de junio, 46 reclusas murieron en el Centro Femenino de Adaptación Social por un enfrentamiento entre bandas criminales, la mayoría de las víctimas murieron por tiros o calcinadas, pues la banda rival incendió el dormitorio.