El gobierno de Francia anunció que el toque de queda nocturno implementado en algunas de las principales ciudades del país, será ampliado en una gran parte del territorio para evitar la propagación del COVID-19.
"Las semanas que vienen serán duras", advirtió el Primer Ministro Jean Castex, al dar a conocer la medida que obliga a quedarse en casa de 21:00 a 06:00 horas.
Esta medida, admitió Castex, afectará a 46 millones de personas, o sea dos tercios de la población. "La situación es grave (...) la circulación del virus alcanza un nivel muy elevado".
De acuerdo con el Primer Ministro, el número de casos confirmados de COVID-19 se incrementó 40% en una semana.
Y la tasa de reproducción del virus lleva a que se duplique el número de casos cada 15 días
Castex dijo que se espera un mes de noviembre "molesto" y el número de muertos "seguirá aumentando".
Hasta ahora, el toque de queda implicaba a 20 millones de franceses, especialmente en las grandes ciudades, como París.
Su extensión entrará en vigor en la medianoche del viernes a sábado, para una duración de seis semanas.
Esto significa que los bares, restaurantes y comercios de las zonas involucradas deberán cerrar a las 21 horas.
Tras una primera ola que causó más de 30 mil muertos en la primavera, Francia enfrenta desde hace algunas semanas una segunda ola de la epidemia.
En total, el país lamenta más de 34 mil muertes por la enfermedad y 2 mil 239 pacientes se encuentran en cuidados intensivos, el número más alto desde mayo.
"Si no logramos colectivamente contener la epidemia, nos enfrentaremos a una situación dramática y tendremos que tomar medidas más duras", puntualizó Castex.
En primavera, Francia experimentó un confinamiento generalizado de su población durante dos meses.