Este domingo, Australia dio a conocer de su primera muerte de este año por COVID-19.
De acuerdo con varios medios internacionales, la víctima fue una mujer que rebasaba los 90 años, la cual falleció este sábado en un hospital de Sydney, la segunda ciudad más poblada del país tras haberse infectado con dos variantes del coronavirus, la alfa, aparecida en Reino Unido, y la beta, originaria de Sudáfrica.
"Se trata de uno de los primeros casos documentados de coinfección con dos variantes preocupantes de SARS-CoV-2"', aseguró la bióloga molecular Anne Vankeerberghen, autora del estudio, en declaraciones recogidas por el diario 'De Morgen'.
Gladys Berejklian, primera ministra estatal, dijo que se espera que aumenten las cifras en esta región y sus alrededores, que ya se encuentra bajo un duro bloqueo. "Me sorprendería que sean menos de 100 nuevos casos mañana", advirtió.
A raíz del brote en Sídney, Australia, país que cerró sus fronteras en marzo de 2020 y prevé reabrirlas a mediados de 2022, redujo de unas 6 mil a 3 mil las entradas internacionales que permite con exenciones