Esta víspera de Año Nuevo se está celebrando como ninguna otra, con las restricciones por la pandemia del coronavirus limitando las reuniones multitudinarias y muchos despidiendo un año que preferirían olvidar.
Australia fue uno de los primeros en dar la bienvenida a 2021 por su proximidad a la línea internacional de cambio de fecha. Es un final de año sombrío en Nueva Gales del Sur y Victoria, los dos estados más poblados del país, que luchan contra nuevos brotes de COVID-19.
En los últimos años, un millón de personas solía abarrotar el muelle de Sydney para ver los fuegos artificiales del Sydney Harbor Bridge, pero esta vez la zona lució vacía, pues autoridades pidieron a la población que se quede en casa.
El muelle estuvo vallado, los populares parques cerrados y los conocidos lugares nocturnos desiertos. La exhibición de fuegos artificiales de las 21:00 horas se canceló pero hubo un espectáculo pirotécnico de siete minutos a medianoche.