El día de ayer la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, encabezó el Diálogo CEO México-Estados Unidos, donde se reunió con empresarios mexicanos y estadounidenses, a fin de trazar rutas de inversión para el primer año de su gestión.
Entre los resultados de la reunión de ayer, destacó el anuncio de la inversión de alrededor de 20 mil millones de dólares en México para el 2025.
En este contexto te contamos cómo ha sido la relación de los gobiernos morenistas con la clase empresarial, que ha estado en la mira más de una vez, porque no siempre han empatado en ideologías u objetivos en común.
En en Nación 321 hicimos un recuento de encuentros y desencuentros.
SHEINBAUM Y LA 'PROSPERIDAD COMPARTIDA'
Desde su campaña a la Presidencia, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México ha buscado un acercamiento cuidadoso con la clase empresarial, a la que le ha dejado claro que su política económica es la "prosperidad compartida", que busca que no sólo las altas clases ni perfiles privilegiados se beneficien de los proyectos de gobierno y la inversión.
El 19 de junio, ya como mandataria electa, Sheinbaum se reunió con miembros del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) a quienes reiteró el eje central de su proyecto en materia económica y les pidió trabajar desde las coincidencias.
Pero eso no fue todo, la Presidenta estableció desde entonces un enlace directo con este sector, mediante Altagracia Gómez, empresaria y su asesora económica, a quien en su gestión le dio un cargo honorario para poder seguir de cerca el avance en materia de inversiones.
No obstante, la "prosperidad compartida" no ha sido problema para clase empresarial, sino la reforma judicial que ya fue avalada y contempla la elección, por voto popular, de jueces, magistrados y ministros.
Desde su periodo como presienta electa, a Sheinbaum se le ha exhortado a 'batear' esta elección, a fin de dar garantías de gobernabilidad que motiven la inversión nacional y extranjera y no la desincentiven.
Pero la Presidenta de plano se ha mantenido firme y contrario a las especulaciones, ha asegurado que un mejor Poder Judicial estará construido por los ciudadanos.
"Ningún empresario estadounidense o de cualquier otro país, ni mexicanos, tienen por qué temer a la reforma judicial; al contrario, se saneará", explicó la mandataria mexicana durante su conferencia de prensa mañanera de este 15 de octubre, previo al Diálogo CEO México-Estados Unidos.
AMLO ¿ENTRE EL AMOR Y EL ODIO?
Desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia de México, en diciembre de 2018, su relación con el sector empresarial generó gran expectativa, pues su política económica se basó en la premisa "primero los pobres".
El 15 de noviembre de 2018, como presidente electo, López Obrador anunció la formación de un Consejo Asesor Empresarial, que reunió por primera vez en enero de 2019, a empresarios como Carlos Hank González (Grupo Financiero Banorte), Bernardo Gómez (Grupo Televisa) y Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas).
La reunión generó expectativas positivas, pero estas duraron poco.
A diferencia de sus predecesores, el mandatario apostó por la obra pública, construida por el estado y administrada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar).
Quizá ese fue el golpe más duro entre la acostumbrada dinámica entre la federación y la clase empresarial, acostumbrada a las concesiones de obra pública.
Además AMLO tomó decisiones fuertes como la cancelación de la planta cervecera de Constellation Brands en Baja California Norte, que paralizó un proyecto con un avance del 70% y una inversión de mil 400 millones de dólares.
El presidente también 'levantó polvo' cuando puso freno a la extracción de minerales sin regulación y le dio el veto a la siembra de maíz transgénico en México.
Pese a todo, hubo empresarios que supieron tejer fino con el presidente, como Carlos Slim, el hombre más rico de México, quien mantuvo siempre una relación cordial, que incluso lo llevó a colaborar en uno de sus proyectos magnos: el Tren Maya.
A Daniel Chávez, el fundador de Vidanta, el expresidente lo ha describió como un “amigo de larga data” y trabajaron juntos en proyectos turísticos y de desarrollo en el sureste mexicano.
Además, en el sexenio de AMLO se anunció la construcción de la Gigafactory de Tesla en Nuevo León, un proyecto que está pausado hasta los resultados de la próxima elección de Estado Unidos, pero que generó que incluso varios gobernadores se 'pelearan' por él, siendo López Obrador un mediador que le dio el sí al dueño de Tesla, Elon Musk, pero bajo la promesa de hacer un uso adecuado del recurso del agua potable.