La Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard, respondió la tarde de este jueves al artículo publicado en la revista The Economist titulado 'El falso Mesías de México'.
En una misiva difundida en sus redes sociales, Ebrard dijo que la portada de este jueves del medio británico es la "síntesis de la exasperación" y que se sabe que los resultados de la elección del próximo seis de junio, "como ocurrió en 2018, no coincidirán con lo que ustedes desean".
El canciller afirmó que la falla de las élites en entender a López Obrador parece repetirse hoy en sus páginas, las cuales dibujan un panorama desolador para México, "pero pierden de vista que, si bien la economía mexicana, al igual que la del resto de los países, sufrió los estragos de la pandemia, crecerá alrededor de seis por ciento este año", lo que logrará sin haber contratado deuda, manteniendo las finanzas sanas y con números históricos en Inversión Extranjera Directa.
En la misiva, Ebrard explicó que unas semanas antes había conversado con el editor internacional de The Economist, a quien le expuso la transformación que vive el país desde hace dos años y medio, de sus esfuerzos en contra del COVID y de su situación política, argumentos a los que, expone el canciller, el periodista no fue sensible.
"Por el contrario, a unos días de los comicios en que los mexicanos elegiremos a nuestros representantes, su medio publica un par de artículos en los que se invita a votar en contra del presidente y su partido".
El secretario de Relaciones Exteriores afirmó que la opinión y el llamado sorprenden no por la posición ideológica de la revista, sino por su virulencia y fragilidad argumentativa.
"Detrás de éstos pareciera permear la visión de que la mayoría de la sociedad mexicana, sobre todo la de menos recursos, está equivocada y apoya a quien no debe".
The Economist publicó en su portada la imagen del presidente López Obrador escoltado por las Fuerzas Armadas e instalaciones de Pemex, una institución y empresa que han recibido un fuerte impulso bajo la presente administración, y destaca el clima de animadversión promovido en el discurso del mandatario.