El gobierno reforzará el edificio de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), pero no podrá volver a construir la obra, como lo anunció el presidente Andres Manuel López Obrador, ante la falta de presupuesto y de tiempo, confirmó un funcionario de alto nivel que trabaja en la solución para rehabilitar este proyecto edificado durante el sexenio de Vicente Fox.
El funcionario, que pidió el anonimato porque los planes aún no son públicos, dijo a El Financiero, que la Terminal 2 no se hunde, como dijo el presidente, sino que está emergiendo debido a una falla en la cimentación en la construcción original.
“No, no se tiene que reconstruir la terminal, se tiene que apuntalar la parte interior, como está emergiendo, hay pilas y sus contratrabes que ya no están haciendo su trabajo, entonces, se tienen que reforzar, rellenar o hacer trabajos, pero son puntuales, estamos viendo si hay procedimientos más fáciles, para dar una solución para los siguientes 10 años”, detalló el funcionario.
No obstante, la fuente indicó que se trabaja en un plan que se presentará al presidente en los siguientes 15 días para decidir qué hacer.
La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) de México, opinó que los cambios en la infraestructura del aeropuerto capitalino deben ser analizados y, aunque las obras de rehabilitación son positivas, se debe considerar la menor afectación para la operación de los vuelos.
José Suárez, portavoz de ASPA, recordó que en algunas terminales, las obras se realizan por segmentos, cerrando algunas zonas mientras se trabaja en otras.
Una de las líneas aéreas que tendría un mayor impacto en caso de un virtual cierre es Aeroméxico, que tiene cerca de 600 vuelos operados en la Terminal 2 del puerto aéreo.
De acuerdo con Fernando Gómez Suárez, especialista del sector aéreo, el problema estructural en la Terminal 2 está presente desde su inauguración y, aunque se han realizado obras de mantenimiento, la cimentación es uno de los problemas que se ha agravado.
“En ese sentido, el problema del aeropuerto de la Ciudad de México es que no tiene recursos disponibles para tener una cirugía mayor”, dijo.
Gómez recalcó que, en el gobierno de Fox, los recursos de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) se usaron para construir la ahora averiada Terminal 2, mientras que esa misma Tarifa garantizó la emisión de bonos por 6 mil millones de dólares para la construcción del cancelado proyecto aeroportuario en Texcoco, por lo que no se pueden obtener los recursos de su operación para su misma rehabilitación.
“El problema es que no hay presupuesto, no le alcanza y nunca le ha alcanzado al AICM”, refirió el especialista en entrevista.
Las obras en la Terminal 2, indicó la fuente, serían provisionales porque el problema del aeropuerto de la Ciudad de México es mayor: las pistas se hunden alrededor de 10 centímetros anualmente, una cantidad que no es regular en los aeropuertos, además que la Terminal 1 presenta también problemas, aunque no tan graves como los del segundo edificio Terminal.
El funcionario detalló que se tiene que hacer una reconstrucción, pero el gobierno no cuenta con los recursos financieros necesarios, ni con el tiempo para emprender la obra, por lo que se encontrarán soluciones accesibles, baratas y fáciles de ejecutar.
La fuente reconoció que las obras deben comenzar de inmediato para evitar que se puedan producir accidentes, como el derrumbe de una parte de la Terminal debido a los problemas en la estructura del edificio.
“No se está cayendo en este momento, si no hacemos (las reparaciones), sí se cae, sí hay problemas, no vamos a exponer a nadie, hay que actuar rápidamente, porque si no actuamos podemos poner en peligro a la gente”, subrayó.
De acuerdo con datos del AICM, el 46.5 por ciento de los pasajeros que viajaron desde y hacia ese puerto aéreo aterrizaron o despegaron desde la Terminal 2, en donde operan aerolíneas como Aeroméxico y su filial Connect, Delta, Copa, Wingo, además de Aeromar.
El funcionario reconoció que sí se afectará, en algún momento, el área superior de la Terminal, es decir, en donde se realizan los procedimientos de embarque y última espera de los pasajeros.
No obstante, el plan del gobierno no es obligar a las aerolíneas a salir de la Terminal 2 mientras se hacen las obras y que las empresas operen en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles o en Toluca, sino que se buscará afectar de manera parcial, por lo que se buscan alternativas con el Instituto de Ingeniería de la UNAM e, incluso, con algunos de los expertos que trabajaron en la obra original de la segunda Terminal.