Porque la implementación de la pena de muerte como castigo no garantiza una baja en los delitos
El presidente Andrés Manuel López Obrador se manifestó este miércoles en contra de la propuesta de restablecer la pena de muerte en México.
"Yo no creo en la pena de muerte y no creo además que sea una opción, una alternativa", dijo en su conferencia de prensa.
La declaración del mandatario se da después de que el Partido Verde propusiera el martes poner a discusión nuevamente la modificación a cuatro artículos de la Constitución y el retiro de dos tratados internacionales para restablecer la pena de muerte en el país.
El dirigente nacional, Carlos Puente, y el coordinador de su grupo parlamentario en la Cámara de Diputados, Arturo Escobar, también sugirieron que la Suprema Corte sea quien determine los casos de pena capital.
Precisaron que proponen la pena de muerte para quienes cometan los delitos de feminicidio y homicidio doloso a menores de 18 años. La medida, según la iniciativa, sería temporal “hasta que México vuelva a tiempos de paz y tranquilidad”.
La semana pasada, el senador panista Víctor Fuentes Solís propuso debatir la medida, esto tras los feminicidios de Ingrid Escamilla y la niña Fátima en la Ciudad de México.
Contra esta medida se expresó Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, quien la calificó como una "barbaridad".
"No puede uno, por la circunstancia y la crisis en la que ha vivido el país en los últimos años, establecer ese tipo de penas bárbaras", afirmó.
La pena de muerte se abolió en el país en 1929. México firmó además la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, conocida como 'Pacto de San José', en 1969.
En su artículo cuarto, que trata sobre el Derecho a la Vida, señala que "no se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido".
Con información de Víctor Chávez