Febrero se perfila como el peor mes para el turismo desde que llegó el COVID-19 a México, en marzo del 2020, con bajas en las tarifas de los hoteles y desplomes en afluencia de viajeros, estimó Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).
Según cifras de la Secretaría de Turismo (Sectur), durante la quinta semana del año, es decir, del 8 al 14 de febrero, la ocupación hotelera en una docena de destinos turísticos, los de mayor afluencia, se ubicó en 23.4 por ciento, una cifra menor a la registrada durante todo el 2020, que se ubicó en 26.3 por ciento, lo que significa que hasta el 76.6 por ciento de los cuartos se encuentran desocupados.
“Probablemente febrero sea el peor mes de toda la pandemia, recordemos que enero y febrero (del 2020) fueron meses normales, marzo fue un mes híbrido, en donde hubo 15 días de hotelería y 15 de confinamiento, mientras que abril y mayo del año pasado fueron meses cerrados”, puntualizó Arsuaga.
La reducción se debe, en parte, a la suspensión de viajes de turistas estadounidenses y canadienses a destinos como Cancún, Puerto Vallarta y Los Cabos, que fueron los más afectados por las medidas que se anunciaron a finales de enero.
Estados Unidos impuso cuarentenas estrictas a los viajeros que visiten países como México, mientras que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeu anunció a finales de enero la suspensión por tres meses los viajes vía aérea a México y otros destinos en el Caribe.
Las restricciones a los viajeros ocurrieron en el periodo considerado de invierno, en donde los estadounidenses y canadienses suelen viajar a México para evitar el frío.
“Podemos anticipar que febrero no viene bien, Semana Santa y Pascua tampoco traen el volumen, recordemos que también no tenemos un mercado importante de 2.3 millones de llegadas que es el canadiense, lo preocupante no solo es la tarifa, que es más baja, sino que también es un volumen mucho más bajo de llegadas”, indicó el representante de los empresarios turísticos.
Para Brian Rodríguez, analista del sector aéreo en Monex Casa de Bolsa, la industria turística tendrá un primer semestre de 2021 aún complicado debido al impacto de la pandemia, y será hasta la segunda mitad de este año cuando se pueda observar una mayor recuperación de la demanda, así como de la ocupación.
“En general 2021 es un año complicado, sin embargo, las principales afectaciones las estimamos para el primer semestre del año, con una recuperación importante hacia el segundo semestre del 2021. Será importante evaluar el avance de la distribución y aplicación de las vacunas contra el COVID-19”, apuntó el analista a El Financiero.
Volaris, la principal aerolínea nacional tuvo que reducir su oferta de asientos para poder adecuarse a la situación de la demanda durante el primer trimestre del año y, particularmente durante febrero. La empresa dirigida por Enrique Beltranena pasó de una capacidad medida en asientos millas del 95 por ciento en enero, a poco más del 80 por ciento durante febrero.
PIB turístico caería 28%
El Producto Interno Bruto Turístico podría cerrar 2020 con un desplome de 27.8 por ciento anual, equiparable a 3.27 veces el desempeño de la economía nacional, que se habría derrumbado 8.5 por ciento durante el año anterior, según cifras preliminares del INEGI y estimaciones del Centro de Investigación y Competitividad Turística (Cicotur), de la Universidad Anáhuac.
“Con los diferentes elementos, nosotros estimamos que el cuarto trimestre del PIB turístico cayó 24.5 por ciento; (por lo que), la caída del PIB Turístico en el año sería de 27.8 por ciento. No hay precedente de un impacto de esta naturaleza”, indicó Francisco Madrid, director del Cicotur.
Según Madrid, el consumo interno relacionado con la actividad turística registró una pérdida de un billón de pesos, una cifra que alcanzaría para pagar cinco refinerías como la de Dos Bocas, Tabasco, en la que se planea invertir alrededor de 183 mil millones de pesos o cerca de 8 mil 900 millones de dólares.
Debido a la pandemia del COVID-19, México cerró el año pasado como el peor año en la historia para la ‘industria sin chimeneas’, la cual acumuló una pérdida de 13 mil 548 millones de dólares en la derrama económica que dejan los viajeros internacionales al visitar algún destino nacional en el país.