“El éxito palpable de Cancún está poniendo en aprietos la infraestructura diseñada hace 50 años, aunado a esto, yo llego con el plan de ‘allí les va el Tren’, pues brincaron todos los hoteleros; ellos sugirieron algunos cambios y estamos tomándoles la palabra para llevar hacia el interior, contrario al mar, el tramo 5″, indicó el funcionario a este medio.
Jiménez Pons dijo que se pudo haber escuchado antes a los hoteleros, pero fue hasta que se realizaron los estudios de geofísicos cuando se vio esta problemática.
“Hay trabajo de campo que nos reveló un subsuelo complejo, entonces, nos vamos por otro lado. Sí se pensaron, pero se comenzaron a tomar apenas decisiones. En este país es a veces difícil la planeación de largo plazo”, apuntó el encargado del proyecto ferroviario.
El tramo 5, que en su segmento norte será construido por el Ejército, y en el sur por una subsidiaria de Grupo México, fue modificado: la estación del aeropuerto de Cancún se moverá hacia el centro del puerto aéreo.
De ese punto, agregó Jiménez Pons, el tren irá hacia el sur, en donde se encuentran las vías de alta tensión, esto para evitar afectar la carretera. Además, ya no se construirá el viaducto elevado de 50 kilómetros en ese tramo, sino que poco antes de llegar a Playa del Carmen, se alzará un tramo de solo 10 kilómetros.
“Llegamos a Playa del Carmen y antes de llegar a Xcaret vamos al poniente, también vamos por las líneas de alta tensión, de tal forma que no molestemos la carretera. Sí se va a afectar porque habrá camiones, pero iremos ya por la parte interior y se hará un libramiento a la altura de Tulum, para acabar cerca del aeropuerto, que no está en el municipio de Carrillo Puerto, cercano a Tulum”, especificó el funcionario.
El titular dijo que estos cambios tendrán un mayor costo, pero que se contrarresta con la suspensión de obras inducidas que tendrían que haberse hecho al pasar por la carretera Cancún-Tulum.
Por ahora, el precio de la obra ronda los 210 mil millones de pesos y se prevé esté terminada a finales del año siguiente.
Otro de los cambios es que las estaciones del Tren Maya ya no serán privadas como se había anunciado, sino que pertenecerán al Ejército, que obtendrá recursos a partir de la renta de los espacios comerciales.