La madrugada de este domingo en Tijuana, Baja California, fueron desalojados de las inmediaciones de la garita de El Chaparral, los más de 380 migrantes que aún permanecían en esa zona.
El lugar fue desmantelado en un operativo conjunto de los tres niveles de gobierno y algunas de las familias fueron enviadas a distintos albergues de la ciudad.
Sin embargo, en la zona siguen varias familias que no quieren ir a un albergue debido a que no podrán llevar muchas de sus pertenencias.
Entre las cosas que había en el campamento están estufas, asadores, colchones, ropa, casas de campaña y alimentos.
La alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero Ramírez, mencionó que las familias que así lo desearan, serían enviadas a los albergues o apoyadas para retornar a sus lugares de origen, sin embargo, no podrían quedarse en la calle.
En el operativo de retiro participaron la Policía municipal de Tijuana, Guardia Nacional, Guardia Estatal y el Instituto Nacional de Migración (INM).
“Era necesario moverlo sobre todo por la niñez, por salud mental y pública. Identificamos los núcleos familiares, es decir quienes son familias completas, además de hombres solos para dirigirlos a los albergues”, refirió la presidenta municipal de Tijuana. Los lugares más cercanos son el Centro Estatal del Migrante y al Proyecto Salesiano, entre otros.
Agregó que se va a mantener vigilancia en la zona para evitar que vuelva a formarse otro campamento.
Varios camiones llegaron al lugar para el traslado de los migrantes y con el apoyo de maquinaria empezó la limpieza del lugar.