En Texcaltitlán todos saben cómo llegar a la casa del comandante Isidro; “Carretera para Almoloya, la tercera curva, cien metros y a mano izquierda la casa sin zaguán”. Y este sábado, ahí… llegaron vecinos de la comunidad que lo apreciaban.
Con velas, tamales y frijoles recordaron a este policía de 51 años y 24 años de carrera, quien el viernes pasado sorpresivamente se habría pegado un tiro para evitar ser detenido durante el Operativo Enjambre para la captura de funcionarios públicos coludidos con el crimen.
Sin embargo, su familia cuestiona la narrativa oficial, así como el video que circula en redes sociales, toda vez que en las imágenes difundidas no se ve el momento exacto del disparo. “No sé si mi esposo realmente lo haya hecho… o lo hayan hecho ellos porque grabaron videos, los subieron a las redes y esa es la parte que omiten”, acusa su esposa, quien pide llamarla Señora Colín.
“Yo necesito saber y que aclaren… limpiar el buen nombre de mi esposo, porque ante todo siempre va a ser un hombre recto, jamás se manejó con mentiras, ni con extorsiones de ningún tipo”, dice, segura.
Su hermano, quien pide llamarse también Señor Colín por temor a represalias, asegura que era “una persona que no se dejó corromper, que nunca faltó a sus principios y valores”.
“Protegía a su familia, protegió a un pueblo y que ahora el gobierno le haya pedido cuentas”, reclama.
Sin lujosos narco mausoleos, con una cruz de herrería y un epitafio pintado con pincel blanco, este sábado despidieron a Isidro Cortés en una recámara de la casa, y que aparentemente era buscado como un peligroso criminal.
“Si mi esposo hubiese sido lo que las redes están enseñándose con él, con su nombre, que ya no puede defenderse, otra cosa sería.
“Yo no tengo nada que esconder, no tenemos una casa elegante, no tenemos un carro del año, absolutamente nada, los pocos pesos o mucho que nos gastamos… él, yo, mis hijos… Gracias a Dios, a su esfuerzo y su quincena que día con día trabajaba”, enfatiza la señora Colín.