Porque Ricardo Anaya fue uno de los diputados federales que avaló ambas reformas
Ricardo Anaya, candidato de Por México al Frente (PAN-PRD y Movimiento Ciudadano) aseguró que de llegar a la Presidencia mantendría las reformas energética y educativa, aprobadas en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, pero les haria cambios fundamentales.
"Son dos reformas fundamentales que tienen un común denominador: la competencia. En ambas reformas, el cambio fundamental en términos de paradigma es abrirse a la competencia", dijo Anaya durante su participación en la 101 Asamblea General de Socios de la American Chamber/México.
Según Anaya, el problema de la reforma educativa es su implementación porque se puso mucho enfásis en el diagnóstico y en cómo se iba a calificar a los maestros, pero se descuidó la parte fundamental: la capacitación y formación de los docentes.
El abanderado de Por México al Frente explicó que mientras se invierten más de 2,100 pesos para evaluar a los maestros, solo se invierten 700 pesos para capacitación y formación.
"La reforma es buena, es correcta, hay que seguir adelante con la reforma educativa, pero el problema está en el enfásis que se puso al diagnóstico", dijo el candidato.
Respecto a la reforma energética, Anaya cree que es fundamental que el Sistema Nacional Anticorrupción esté listo para garantizar la transparencia en los contratos asignados.
"Es delicado abrir un sector tan grande, con un potencial de generación de riqueza tan importante, si no se cuenta con un sistema anticorrupción igual de robusto", dijo.
Anaya también planteó que las energías limpias y renovables tienen un gran potencial en términos económicos y ambientables, por lo que el gobierno debe dar incentivos adecuados para generar un aérea de oportunidad.
CONTRA AMLO Y PEÑA
Ricardo Anaya aseguró que uno de los problemas más graves del país es la corrupción, pero que no es un problema cultural, como en su momento lo aseguró el presidente Enrique Peña Nieto, sino un problema de impunidad.
"Cuando uno sabe que la probabilidad de castigo es alta, uno se comporta mejor, la cultura no cambia de un segundo a otro".
Para solucionar el problema, Anaya cree que es necesaria la voluntad política y un diseño institucional adecuado para que la aplicación de la ley no dependa del capricho del gobernante en turno.
Respecto a predicar con el ejemplo, el panista dijo que tampoco cree que esa premisa sea la solución y sin mencionar su nombre, puso el ejemplo de Andrés Manuel López Obrador, quien ha dicho que basta con que llegue alguien honesto para evitar la corrupción.
"No es cierto que por un proceso de ósmosis, la honestidad se contagie a otros funcionarios".