A dos meses de la explosión en la plataforma E-Ku A2 del activo Ku-Maloob-Zaap en la Sonda de Campeche, que cobró la vida de siete personas, Octavio Romero Oropeza, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), reconoció que el siniestro fue ocasionado una omisión en los protocolos de seguridad.
Durante su comparecencia en la Cámara de Diputados, el funcionario detalló que por estos hechos hay siete trabajadores de Pemex separados de su cargos por su probable responsabilidad; además de que se inició una investigación en la Fiscalía General de la República (FGR).
Comentó que la explosión sí se trató de un hecho “muy grave”, que se derivó una tarea programada de mantenimiento en un ducto, que realizaba la empresa contratista Cotemar; sin embargo, ni ellos ni Pemex siguieron las reglas de seguridad y no se verificó que no hubiera gas, dando como resultado una fuga que provocó la explosión.
Como consecuencia, fallecieron siete trabajadores, cinco de Cotemar y dos de Pemex; “hubo una omisión y eso tiene como consecuencia la separación de siete funcionarios y la investigación a lo que resulte”, aseveró Octavio Romero.
En su intervención mencionó también que esta administración, a diferencia de la anterior, está etiquetando recursos para la atención de riesgos críticos, además de que personalmente le da seguimiento a la estrategia de seguridad de las instalaciones de Pemex, así como a los temas medioambientales.
Los accidentes dentro de la petrolera fueron los más cuestionados por los diputados de oposición, principalmente el de Campeche porque hubo pérdidas humanas, se detuvo la producción en 125 pozos causando pérdidas por 225 millones de dólares al día.