Porque las fortunas de los narcotraficantes podrían invertirse en proyectos para la ciudadanía
La Cámara de Diputados trabaja en una propuesta de reforma “caza-fortunas” de los narcotraficantes, incluida en el paquete de Seguridad, que aprobarán en este periodo de sesiones.
La iniciativa –que reformará la Ley de Extradición Internacional- se deriva de un estudio elaborado por la Comisión de Seguridad Pública, que señala que “del 1 de enero de 1994 al 30 de abril de 2016 se efectuaron mil 90 extradiciones de delincuentes a Estados Unidos, sin contar aún la de Joaquín el Chapo Guzmán, y de sus riquezas en aquel país no se ha recuperado un centavo y aún no se sabe nada”.
El estudio estima que “la fortuna personal del recién extraditado Joaquín Guzmán Loera oscila entre los 21 mil millones de dólares. El poder económico de este narcotraficante mexicano fue de tal magnitud, que en repetidas ocasiones apareció en la lista de la revista Forbes, dentro de las personas más ricas del planeta”.
El documento añade que, “por lagunas o vacíos en la ley”, “otros narcotraficantes que han sido extraditados y que también poseían fortunas cuantiosas son: Alfredo Beltrán Leyva el Mochomo, Vicente Zambada Niebla, Sandra Ávila La Reina del Pacifico, Osiel Cárdenas Guillen, Javier Torres el JJ; Édgar Valdez Villareal, apodado la Barbie, Jorge Eduardo Costilla Sánchez, llamado el Coss, y Benjamín Arellano Félix, entre otros”.
“Estas personas realizaban operaciones que generaron recursos ilícitos, tanto en Estados Unidos como en México; sin embargo, a México nunca le fueron entregados parte de las ganancias confiscadas en Estados Unidos a estos delincuentes, o por lo menos no existe reporte alguna de retribución por parte del gobierno de Estados Unidos”, dice el estudio.
Destaca que “sólo por poner un ejemplo, el caso de Benjamín Arellano Félix, quien fue extraditado a Estados Unidos, poseía una fortuna de alrededor de 650 millones de dólares y a quien, en 2012, una Corte de aquel país le obligó a pagar una multa por 100 millones de dólares, por lo que el delincuente se vio obligado a entregar al gobierno de esa nación dinero, propiedades y valores con que saldar la sanción”.
“Como vemos, la extradición de Benjamín Arellano representó una recuperación para EU de una cantidad importante de dinero, sin que México pudiera ver ni un centavo de esas entregas de bienes y valores”, expone el documento.
Sostiene el estudio que “está calculado por expertos y especialistas que el negocio del narcotráfico representa tan sólo en México la cantidad de 40 mil millones de dólares, cantidad estratosférica en relación a los recursos asignados por ambos países a la lucha contra las mafias que controlan esta actividad”.