En pleno julio, mes en que se conmemora en natalicio de la curadera mazateca María Sabina, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a revisar una petición para que los conocimientos ancestrales de este pueblo originario, específicamente la ceremonia sagrada con hongos alucinógenos, sea reconocida como patrimonio cultural e inmaterial de los pueblos originarios de México.
"Pienso que es algo muy justificado por toda la tradición que existe de la medicina tradicional, en la tierra en la sierra mazateca, la sierra de los hermanos Flores Magón", dijo el presidente en conferencia mañanera.
Pero, ¿de qué trata este ritual y por qué es tan importante para los pueblos mazatecos de Oaxaca?
Como parte de las prácticas ancestrales de la medicina tradicional mazateca, este ritual, conocido en el mundo gracias a la proyección que tuvo la sacerdotisa María Sabina, tiene el objetivo de que las personas puedan sanar sus cuerpos a través de la espiriualidad y el autoconocimiento.
En una mezcla de creencias religiosas y ancestrales, se cree que al menos tres variedades de hongos alucinógenos que se dan en la región, tienen la posibilidad de hacer que las personas puedan conectar con su 'yo' interno y tener visiones que les muestren qué decisiones tomar o cómo sanar sus cuerpos.
La ingesta de estos hongos, que María Sabina definía como "carne de Dios" o "niños santos", no es un rito recreativo, ni tampoco se considera consumo de estupefacientes por recreación, por el contrario, se trata de un rito sagrado con reglas, como hacerlo con respeto, bajo la supervisión de un médico tradicional y con elementos como el cacao, copal, agua bendita y velas de cera virgen.
Asimismo, la cantidad y tipo de hongos a consumir, debe ser regulada de acuerdo con características de la persona interesada, como su salud, edad, tamaño y si ha participado antes o no de este tipo de rituales.