En el país se ha buscando siempre abogar por la libertad de expresión y de elección por algunas cosas, pero un tema que causa mucha polarización son las corridas de toros.
Existen quiénes creen que son una aberración para los animales, pero hay quienes lo consideran un deporte. Prueba de ello fue la reapertura de la Monumental Plaza de Toros.
Fue el 28 de enero que regresaron las actividades, tras una pugna legal por prohibirlas; sin embargo poco más de 200 personas llegaron a las inmediaciones de la Plaza de Toros en la CDMX para protestar por la reapertura de ese lugar, pero sobre todo, por la continuación de las corridas de toros, luego que desde el 2022 fueran suspendidas por las autoridades locales, con pancartas, mantas y altavoces, los inconformes expresaron su repudio al “asesinato” de animales solo por diversión.
“El matar toros no es ni cultura ni tradición”, se leía en una de las mantas que encabezaban la protestas. Los inconformes se reunieron en las inmediaciones del Ángel de la Independencia y de ahí caminaron al lugar “de la muerte” que llamaron al recinto, la marcha fue vigilada de manera discreta por elementos de la Policía Capitalina y si bien el trayecto fue tranquilo, ya afuera de la plaza, los insultos hacia los asistentes subieron de tono, pero nada salió de control.
Conforme a las actividades que los antitaurinos tienen planeado, se espera que después de las 14:30 horas y mientras la corrida se realiza al interior de la plaza, afuera, ellos organizaron una serie de eventos “político-culturales” con los cuales aseguran, trataran de concientizar a los habitantes de la Ciudad de México a evitar consumir este tipo de eventos por el bien de los animales.
ADENTRO, LA FIESTA CONTINUÓ
Sin embargo, con un lleno total, adentro el espectáculo ocurrió y en el ruedo se pintó la palabra "libertad".