La Ciudad de México se enfrenta a la reducción del suministro de agua en el sistema Cutzamala, por lo que las autoridades implementaron un programa de bombardeo de nubes, a fin de provocar lluvias y mitigar la sequía. Sin embargo, expertos argumentan que esta no sería la única fuente de abastecimiento, ya que existe la extracción de agua subterránea.
José Joel Carrillo Rivera, investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que “hay suficiente agua subterránea para satisfacer las necesidades de la población mundial”. Por ello, es necesario comprender el funcionamiento integral del sistema hidrológico.
El procedimiento de extracción de agua subterránea podría ser una alternativa para los lugares que enfrentan crisis de agua como el Valle de México, debido a su alcance y disponibilidad.
Se trata de agua que se localiza bajo tierra, en grietas y huecos del suelo, arena y rocas. Esta se encuentra en acuíferos y puede extraerse desde pozos, manantiales o descargarse en lagos o arroyos.
Según la UNAM, “el agua subterránea tiene la capacidad de recargarse y reponerse de manera natural cuando la lluvia y la nieve derretida se filtran por las grietas y hendiduras debajo de la superficie terrestre. También puede recargarse artificialmente mediante medidas que redirijan el líquido para que sea reabsorbido por el suelo a través de canales, cuencas o estanques.”
La UNAM señala que la extracción de agua no es fácilmente controlable ni visible, por lo que estos yacimientos pueden contaminarse sin que las personas se den cuenta.
Según la UNAM, “el agua subterránea tiene la capacidad de recargarse y reponerse de manera natural cuando la lluvia y la nieve derretida se filtran por las grietas y hendiduras debajo de la superficie terrestre. También puede recargarse artificialmente mediante medidas que redirijan el líquido para que sea reabsorbido por el suelo a través de canales, cuencas o estanques.”