Hace varias semanas que Mario de la Rosa y Tania Soto me dijeron que querían adentrarse a la psique y la cultura política de los millennials mexicanos y que una encuesta los ayudaría enormemente en esa empresa. Luego de varias horas de platicar contenidos, enfoques y ángulos con ellos y su equipo, acordamos que el reto de encuestar millennials debía salirse de la caja tradicional de las encuestas, plantear preguntas frescas y opciones de respuesta diferentes. Aún así, los datos y porcentajes no bastarían, habría que moverse a lo cualitativo y a atrapar el ethos millennial en su nicho natural, internet y las redes sociales.
En la aventura de adentrarse en la psique millennial, juntos hemos hecho dos encuestas para Nación321, una en vivienda a millennials de todo el país y de diversos estratos socioeconómicos en zonas urbanas y rurales. Otra a millennials por vía del teléfono fijo (no la mejor para encontrarlos), con rasgos más urbanos y clasemedieros. En la encuesta en vivienda entrevistamos a finales de agosto a 849 jóvenes entre 16 y 36 años de edad, correspondientes a esa generación nacida entre 1980 y 2000. La encuesta telefónica comprendió 400 entrevistas realizadas durante la segunda mitad de septiembre. Los millennials no solo son más difíciles de encontrar por teléfono, sino que además son menos cooperativos con las entrevistas, se hagan como se hagan.
En la encuesta telefónica es donde rompimos algunos cánones, planteando preguntas... ¿cómo llamarlas? Bueno, pues preguntas millennials. "Califica con un emoticón el trabajo del presidente Enrique Peña Nieto, ¿qué le pondrías?" Las respuestas fueron algunas caritas felices y muchas caritas enojadas. A pesar de esto, un tercio de los mllennials dijo que sí, que en algún día les gustaría llegar a ser presidente de México y trabajar principalmente en hacer un país más próspero y más justo en las mismas proporciones, en tercer término un país más igualitario; pocos señalaron un país más libre o más feliz.
Pero la oferta de presidenciables hoy es otra, así que nos dimos a la tarea de explorar si les late o no cada uno de los que aspiran a ser candidatos en 2018. Sí, así con esas palabras que no parecen haber tenido problema en la cultura millennial: te late o no te late. Los resultados indican que los presidenciables les laten poco, no provocan pasiones. Pero el ideal de un presidenciable sí. El ideal millennial es un liderazgo honrado y de resultados. La preparación importa menos. El atractivo físico, nada, según nos dicen. Y si entre los resultados está crear empleos, mejor, ya que esta generación los va a necesitar en busca de esa prosperidad a la que aspiran.
El tema liderazgo se exploró con más detalle en las encuestas, y habrá que ir analizando los resultados en el nuevo foro que encabezan Mario y Tania. Por lo pronto, los deseos y los miedos de los millennials comienzan a notarse en estos primeros estudios. Pero también sus hábitos y la manera en que siguen y se informan de la política. Para ello, los influencers son una pieza clave del hábitat millennial. Sobre todo porque, según las opiniones recabadas, los influencers no son tan creíbles y, en el mejor de los casos, a veces chafean (así lo preguntamos). Sin embargo, se les sigue. Esto ya es prueba de que la política puede ser entretenimiento y el entretenimiento, política para esta nueva generación.
Los millennials son una especie de las redes sociales y sus alegrías y frustraciones se expresan principalmente por esa vía. Al preguntarles en una palabra qué es la política, qué es México, que son los jóvenes, destaca siempre alguna idea común. Pero al preguntarles qué son las redes sociales no hay consensos ni acuerdos. Los millennials viven en un hábitat que no es igual para todos ni lo entienden de la misma manera. Las redes son un espacio incierto y sin un rasgo marcado, igual que los millennials. Excepto, claro, por la simbiosis entre los dos.
IDEAS MILLENNIALS: ALEJANDRO MORENO
IDEAS MILLENNIALS: OMAR GARCÍA