Porque la serie de Netflix retrató cómo son los candidatos en México y el riesgo de verlos actuar así en las próximas elecciones
Razones para ver Club de Cuervos sobran, pero después de ver la temporada 3 encontramos cuatro más que la hacen indispensable para los mexicanos rumbo a las elecciones de 2018.
Los 10 capítulos que estrenó este 2017 la primera serie original de Netflix en español hecha en México, producida y dirigida por Gary Alazraki (creador de Nosotros los Nobles) y protagonizada por Luis Gerardo Méndez y Mariana Treviño (en la historia Salvador e Isabel Iglesias, dueños del equipo de futbol Cuervos Negros Salvajes de Nuevo Toledo), nos recuerdan muy a tiempo los peores y más arraigados vicios de la política mexicana y nos encienden una alerta sobre lo que no podemos permitir que se repita el próximo año (si aún no la has visto, cuidado: spoiler alert).
1. Cuidado con los candidatos que prometen pero no se comprometen
En la tercera temporada de Club de Cuervos, Chava Iglesias es candidato a gobernador de Nuevo Toledo. Su objetivo es regresar a su equipo a su estado, pues por razones políticas tuvo que mudarse a jugar en Puebla al regresar a la primera división. Esa es su principal promesa de campaña y, digamos, la única.
En varias escenas lo vemos rodeado de asesores construyendo su imagen de campaña, grabando y regrabando spots, aprendiendo cómo responder en lenguaje abstracto para prometer sentimientos pero nunca hechos, recorriendo lugares que quiere gobernar sin conocerlos siquiera (¿no es lo mismo Tepoztlán que Tepotzotlán?) y diciendo cosas como “voy a besar a todos los bebés horrendos que sean necesarios”, con tal de ganar.
Pero no es el único candidato del cual desconfiar. ¿Votar por un ex futbolista popular llamado Cuauhtémoc sólo porque no es político? ¿Por la esposa del gobernador saliente sólo por ser mujer? ¿Confiar en un empresario que apoya a un candidato sin sospechar de corrupción? Cuidado con todos.
2. Cuidado con los que hacen campañas para ganar a como dé lugar
Chava cree que debe decirle a cada votante lo que quiere oír, por lo que es capaz de prometer a los productores textiles acabar con los piratas, y a los piratas prometerles ayudarles.
Aunque sus asesores le piden apegarse a sus recomendaciones de no prometer nada en concreto, la trama muestra que las campañas by the book ya no garantizan el triunfo (aunque tu gurú sea Walter Bazar), así que él y su equipo, como muchos de los candidatos en la vida real, están dispuestos a todo. A todo.
3. Cuidado con mezclar la Iglesia y el Estado o el futbol y la política
En Nuevo Toledo y en México la unión de estos mundos despierta más sospechas de las que quisiéramos.
Aunque en la serie el lema del candidato es un juego de palabras entre el apellido de Chava Iglesias y su intención política de gobernar el Estado, la realidad suele ir más allá de la ficción en cómo el clero puede usar a los políticos y viceversa.
Lo mismo pasa con el fútbol en la realidad, ¿ya olvidamos los tuits del Piojo Herrera el día de la elección de 2015 diciendo “no dejen de votar, vamos con los verdes”? Bueno, pues procuremos no olvidar que el día de la elección presidencial de 2018 puede haber un partido de la Selección Mexicana en el Mundial de Rusia #JustSaying.
4. Cuidado con subestimar a los medios o a las encuestas
La campaña de Chava Iglesias se tambalea luego de que un periodista destapa varios aspectos polémicos de su historia personal y familiar, mientras lo vemos enojarse por las críticas de Chumel Torres y por sentirse permanentemente bajo la lupa, lo que es una metáfora de la relevancia de los medios y la importancia de que los candidatos aprendan a aceptar sus errores públicamente, como hizo el propio Chava en TV antes de subir en las encuestas debido a un chispazo de honestidad y autenticidad.
A pesar de que la credibilidad de las encuestas ha sido cuestionada en varios países, la serie muestra que éstas siguen siendo un instrumento para medir la opinión pública y tomar decisiones dentro de los equipos de campaña, lo cual no dista de la realidad y, por el contrario, entre broma y broma, aparece un dato muy real del que hemos hablado con frecuencia en Nación321: la verdadera pelea por el triunfo está en los votantes indecisos, especialmente en la posibilidad de la oposición de capitalizar el voto de castigo o “punitivo”, o del gobierno en turno de aprovechar los errores de la oposición (en lenguaje nuevotoledano: “si no la cagas, ganas”).
EL LADO CIUDADANO DE GARY, LUIS GERARDO Y MARIANA
Después del sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México, Gary Alazraki, Luis Gerardo Méndez y Mariana Treviño trabajaron junto con Nación321 y Los Supercívicos en transmisiones por Facebook Live en las que cuestionamos a las autoridades, transmitimos información verificada que ayudó a combatir las fake news y conectamos a donantes con damnificados. Si te perdiste las transmisiones puedes ver algunos ejemplos en estas ligas:
¿Nos faltó alguna razón más para ver Club de Cuervos 3? Dinos en los comentarios de esta nota y en nuestras redes sociales.